El inicio de la guerra de Vietnam
Días antes, barcos norvietnamitas habían atacado (según EEUU, sin motivo) a dos destructores norteamericanos que se encontraban patrullando el golfo. El presidente Lyndon Johnson ordenó numerosos bombardeos y pidió al Congreso autorización para intervenir en Vietnam con libertad de acción. La aceptación casi unánime de su petición oficial le permitió intensificar su participación en el conflicto sin las complicaciones políticas y legales que hubiera supuesto una declaración de guerra (lo formal era lo de menos, parece).
En noviembre, Johnson fue elegido presidente (por el margen más amplio de la historia norteamericana) al derrotar al senador de Arizona Barry Goldwater, quien estaba abiertamente inclinado a la guerra. Poco después de su investidura, el presidente Johnson empezó a bombardear en forma sistemática Vietnam del Norte y comenzó a enviar marines.
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Lyndon Johnson
El incidente del golfo de Tonkin formaba parte de una estrategia secreta de Johnson para provocar e incitar a los comunistas norvietnamitas a intensificar las hostilidades, teniendo así una excusa para “contraatacar”. Los “informes del Pentágono” (el estudio del Departamento de Defensa entregado a la prensa en 1971) revelaron que barcos estadounidenses habían atacado Vietnam del Norte y muchos años después aún se discutía si habían sido provocados o no.
Incidente del golfo de Tonkín
Incidente del golfo de Tonkín
En 1964 Johnson pensó que era necesario intervenir sin timidez alguna, a pesar de la presencia de 16.000 consejeros militares en Vietnam del Sur, donde una serie de regímenes corruptos (nueve meses antes había sido asesinado Ngo Dinh Diem) habían perdido la mitad del país. Johnson no quería ser culpado por “la pérdida de Vietnam”; además, él y la mayor parte del servicio de inteligencia pensaban que las guerrillas rurales de Ho Chi Minh (fundador del partido comunista de Vietnam y líder de Vietnam del Norte) se derrumbarían tarde o temprano (más temprano que tarde, pensaban) bajo el ataque organizado de las fuerzas norteamericanas. Claramente, subestimó a su enemigo.
Johnson se equivocó al evaluar la determinación de los guerrilleros, la inteligencia de los altos mandos de Ho Chi Minh y el descontento de los soldados de Vietnam del Sur, que además no tenían la disciplina de los del Norte. Tampoco tuvo en cuenta el malestar que generaba en la población norteamericana una guerra costosa, lejana e incomprensible.
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Hồ Chí Minh
En 1965, Estados Unidos entró “en serio” en la guerra de Vietnam. El presidente Johnson, al percibir poco apoyo de los ciudadanos norteamericanos a una intervención plena, confió inicialmente en la fuerza aérea. En marzo se iniciaron los bombardeos continuados sobre Vietnam del Norte; poco después llegaron infantes de marina a Vietnam del Sur para defender la base aérea de Da Nang.
Pero las fuerzas survietnamitas también necesitaban ayuda en tierra. Ante esa situación, Johnson empezó a acceder a las demandas del general William Westmoreland, comandante de las fuerzas estadounidenses en Vietnam, para que enviara más soldados. Conclusión: a fines de 1965 llegaron 180.000 soldados.
La estrategia del general Westmoreland se basaba más en debilitar al enemigo que en ocupar su territorio. Los objetivos de las bombas no sólo fueron las industrias del norte y el “sendero de guerra” de Ho Chi Minh (la red de caminos por los que Vietnam del Norte enviaba hombres y material hacia el sur), sino también lugares en el sur sospechosos de refugiar guerrilleros. El objetivo básico era eliminar a los infiltrados y al Vietcong.
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Westmoreland
Los “índices de cuerpos” (que junto con “recuento de muertos” son términos que nacieron en la guerra de Vietnam) fueron espeluznantes desde el principio; en Ia Drang, por ejemplo, en uno de los primeros combates, los norteamericanos mataron 1.200 hombres y perdieron 200 (el conteo final de la guerra sería dolorosamente superior). Pero no sólo se trataba de números.
Para los soldados norteamericanos la guerra significaba caminar con gran dificultad a través de selvas y arrozales, con lluvia más que frecuente, persiguiendo a un enemigo esquivo y sin comprender por qué tenían que estar ahí haciendo eso. Por todas partes aparecían tiradores a distancia y trampas explosivas. Guerra de guerrillas, en definitiva. Los enemigos a veces se mimetizaban con el ambiente, a veces con los mismos compañeros; en ocasiones resultaba mejor disparar que cerciorarse o preguntar primero.
En misiones de “búsqueda y destrucción”, los norteamericanos incendiaron y destrozaron pueblos aparentemente inofensivos o pacíficos. Sus habitantes eran trasladados a “aldeas estratégicas” y recibían un trato cruel en muchísimos casos; todos eran sospechados de colaboracionistas con los guerrilleros norvetnamitas.
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Vietnam
Esta forma de guerra fue afectando la moral de los norteamericanos y a la vez también comenzó a alejar a los survietnamistas del gobierno de Saigón, apoyado por los norteamericanos. Mientras tanto, en EEUU, las fotos de civiles quemados y del napalm quemando todo a su paso fueron generando un sentimiento contrario a la guerra en la población norteamericana. Las grietas empezaban a abrirse en la sociedad a medida que la guerra se intensificaba.
En Vietnam del Sur también había disidencias internas; el gobierno recién elegido en las elecciones de 1965 prometió reformas económicas y políticas bien vistas por EEUU, pero no las llevaron a cabo según lo prometido. EEUU enviaba una ayuda económica mensual a Vietnam del Sur, pero la mayor parte del dinero iba a parar a los bolsillos de los gobernantes y de la oligarquía del país.
Los soldados survietnamitas a menudo se mostraban apáticos, incluso hostiles, mientras que la moral de los norvietnamitas parecía inagotable y su número interminable. Es que en realidad el “enemigo” seguía siendo bastante popular entre la población que los norteamericanos decían “proteger”.
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Vietnam
Políticamente, las cosas comenzaban a desmoronarse. Los reclamos de la gente común se hacían sentir cada vez más. En noviembre de 1965, una manifestación en Washington DC reunió a más de 50.000 personas para protestar por la guerra. Los consejeros de Johnson comenzaron a pensar que la guerra era un error. Ups.
Aún así, las tropas norteamericanas estuvieron una década más en Vietnam…
¡Ah! Albert Gore (ex vicepresidente de EEUU) diría el 16 de enero de 2006 (sí, de 2006): “hace poco supimos, a través de documentos recientemente desclasificados, luego de cerca de 40 años, que la resolución del Golfo de Tonkin que autorizó la trágica guerra de Vietnam se basaba de hecho en informaciones falsas.”
Nadie se sorprendió.