El contacto de Ernesto Che Guevara con el territorio cubano se produjo el 2 de diciembre de 1956, al desembarcar por la playa Las Coloradas en la expedición del yate “Granma”, con la fuerza de 82 hombres que comandaba Fidel Castro. En la organización de la tropa rebelde al Che, como ya se le llamaba, se le había asignado la misión de jefe de sanidad. Ostentaba el grado de teniente y formaba parte del Estado Mayor de dicha fuerza rebelde.
En Alegría de Pío, en las cercanías del poblado de Niquero, Ernesto Che Guevara recibe el bautismo de fuego en Cuba, cuando los integrantes del Ejército Rebelde fueron sorprendidos por fuerzas de la dictadura batistiana.
En el transcurso de los siguientes meses Che sigue sobresaliendo por su valor, capacidad, disciplina y fue así como, después de participar en el combate de El Uvero (28 de mayo de 1957), se convierte en el primer miembro del Ejército Rebelde a quien Fidel Castro le otorga el grado de Comandante. Con anterioridad había sido nombrado por Fidel como jefe de la Columna 4, la primera que se desprende de la columna principal.
En el ataque al cuartel del Uvero, el Ejército Rebelde, según afirmara más tarde el propio Che, alcanzó su mayoría de edad al obtener una victoria decisiva. El Che participó activamente en el desarrollo del combate, que fue muy intenso.
Tras concluir el enfrentamiento, cumpliendo sus funciones de médico, el Che atendió a los heridos, tanto a los rebeldes como a los soldados de la dictadura.
En Pino del Agua, el Che y los integrantes de su columna atacaron, en forma sorpresiva, a un grupo de soldados. Los combatientes rebeldes obtuvieron un triunfo decisivo ya que la tropa del régimen dictatorial sufrió 37 bajas, entre ellas seis muertos.
“Al tomar el primer camión encontramos dos muertos, un herido, que todavía hacía gestos de pelea en su agonía, fue rematado sin darle oportunidad de rendirse, lo que no podía hacer pues estaba semi-inconsciente. Este acto vandálico lo realizó un combatiente cuya familia había sido aniquilada por el ejército batistiano.
Le recriminé violentamente esa acción sin darme cuenta que me estaba oyendo otro soldado herido que se había tapado con unas mantas y había quedado, quieto, en la cama del camión. Al oír eso y las disculpas que daba el compañero nuestro, el soldado enemigo avisó de su presencia pidiendo que no lo mataran; tenía un tiro en la pierna, con fractura, y quedó a un costado del camino mientras proseguía el combate en los otros camiones. El hombre, cada vez que pasaba un combatiente por el lado, gritaba: “no me mate, no me mate, el Che dice que no se matan los prisioneros…”
A través de una orden firmada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, al Che se le asigna la misión de conducir desde la Sierra Maestra hasta la provincia de Las Villas una columna invasora con el fin de contribuir al desarrollo de la lucha en esta zona central de Cuba.
La Columna sería identificada con el número 8 y se le puso por nombre Ciro Redondo.
En la orden militar se señaló además que el Comandante Guevara fungiría como jefe de todas las fuerzas revolucionarias que operaban en ese instante en la provincia de Las Villas.
Desde El Jíbaro, en la Sierra Maestra, parte la columna invasora comandada por el Che e integrada por jóvenes seleccionados de la Escuela de Reclutas de Minas del Frío y veteranos guerrilleros.
La columna se hallaba integrada por 140 hombres, divididos en una comandancia y cuatro pelotones. El segundo jefe de la columna invasora era el comandante Ramiro Valdés.
El Che instala la comandancia de la columna primero en Gavilanes y luego en Caballete de Casa, en las montañas del Escambray.
En el cumplimiento de ese objetivo demuestra una vez más su capacidad como jefe y sus extraordinarias condiciones militares.
La autoridad y prestigio de su figura crecieron aún más cuando en el territorio de la provincia de Las Villas fue capaz de realizar una trascendental labor unitaria con las distintas fuerzas revolucionarias que operaban en la zona con vista a proseguir la lucha armada.
Como expresión elocuente de su capacidad militar fue la batalla por la toma de la ciudad de Santa Clara, que resultó una de las más relevantes libradas por los combatientes rebeldes durante la guerra revolucionaria.
Los combatientes rebeldes tuvieron que vencer primero la resistencia de los soldados que se hallaban en un tren blindado, enviado por el régimen dictatorial hacia esa zona central de Cuba, para reforzar la defensa de esa ciudad.
Los combatientes rebeldes provocaron el descarrilamiento del tren y después prosiguieron el asedio de Santa Clara.
El Comandante Che Guevara sale en horas de la tarde desde Santa Clara hacia La Habana, donde ocupó la fortaleza militar de La Cabaña en horas de la madrugada del día siguiente, en correspondencia con la orden que le fuera impartida por Fidel Castro. En dicha orden, junto con la convocatoria de una huelga general, Fidel Castro previó que tanto el Che como Camilo Cienfuegos controlasen la situación en la capital cubana, para enfrentar la acción de los elementos reaccionarios que pretendieran evitar la consolidación del triunfo de la Revolución, al producirse la fuga del dictador Fulgencio Batista.
De sus características como jefe guerillero queda el testimonio de quienes tuvieron la posibilidad de luchar junto a él no sólo en Cuba, sino en el Congo y Bolivia.
Fidel Castro expresó su opinión el 18 de octubre de 1967, durante la velada solemne efectuada en la Plaza de la Revolución de La Habana como homenaje al Che, pocos días después de su caída en Bolivia:
“Che era insuperable como soldado; Che era un insuperable jefe; Che era desde el punto de vista militar, un hombre extraordinariamente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo. Si como guerrillero tenía un talón de Aquiles, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, era su absoluto desprecio al peligro”.
Algún tiempo después, en la introducción que escribiera para la publicación del Diario del Che en Bolivia, Fidel también resaltó sus características como jefe:
“Jefe fraternal y humano sabía también ser exigente y en ocasiones severo; pero lo era en primer lugar y en mayor grado que con los demás, consigo mismo. Che basaba la disciplina en la conciencia moral del guerrillero y en la fuerza tremenda de su propio ejemplo.”
Por su aporte a la lucha de liberación nacional, el Che es declarado ciudadano cubano por nacimiento.
Labor periodística del Che
En la zona de El Hombrito el Che instaló una escuela, una fábrica de zapatos, una talabartería, una armería con su torno eléctrico, una hojalatería y una herrería.
Igualmente, creó en plena Sierra Maestra un boletín al que denominó El Cubano Libre.
Precisamente, en el primer número del boletín se hizo constar que cuando Cuba estaba en los albores de su existencia como nación independiente, surgió en la manigua la voz magnífica del periódico mambí. Su título era una profesión de fe en el futuro: “El Cubano Libre”.
El Che envió a Fidel Castro el primer número de “El Cubano Libre” y lo invitó a que colaborase con la citada publicación.
Por iniciativa del Che, Radio Rebelde comenzó a trasmitir en forma sistemática. La planta estuvo situada inicialmente en la zona entre La Pata de la Mesa y Altos de Conrado, pasando después a la comandancia de la columna 1 en la Sierra Maestra.
A instancias del Che se edita, en la provincia de Las Villas, el boletín clandestino Patria, órgano oficial del Ejército Rebelde en ese territorio.