Cuando en 1980 comenzó a correr el rumor de que el príncipe Carlos , por entonces el soltero más codiciado del mundo, había elegido a su futura esposa, y que esa mujer era Diana Frances Spencer (1 de julio de 1961 – 31 de agosto de 1997), los especialistas en realeza supieron que no era solo un rumor: aunque la joven de 19 años a la que la prensa comenzó a perseguir sin descanso por ser la supuesta candidata hubiera cultivado siempre un perfil bajo, aunque manejara un auto modesto y viviera sin lujos en un departamento con amigas, Lady Diana pertenecía a una de las familias más antiguas y tradicionales del Reino Unido: los Spencer.
Si de linaje se trata, qué mejor para un futuro rey que desposar a una integrante de la Casa Spencer, fundada muchos siglos antes incluso que la Casa de Windsor. Tal como reveló el biógrafo de Lady Di, Andrew Morton, fue su abuela, la baronesa Ruth Burke-Roche, que se había convertido en la principal dama de honor y la mejor amiga de la reina madre Isabel, quien junto a la abuela de Carlos pergeñó el casamiento real. A los ojos de la reina madre y a Isabel II la candidata contaba con todos los requisitos, puesto que venía de una cuna muy aristocrática. Incluso los padres de Diana, el 8vo conde Spencer y lady Frances Ruth Burke-Roche, se habían casado en una pomposa ceremonia que fue considerada uno de los acontecimientos sociales más importantes de la Londres de mediados del siglo XX, y que había contado con la presencia de la mismísima Isabel II, el príncipe Felipe de Edimburgo, la reina madre y la princesa Margarita.
El origen de la familia Spencer data del siglo XV, cuando Sir John Spencer fundó la casa de Althorp, que luego se convertiría en la residencia del vizconde de Althorp y más tarde, en la sede de todos los condes Spencer. Fue a partir de Sir Robert Spencer (1570 -1627), que gozaba de la reputación de ser el hombre más rico de Inglaterra, cuando la familia comenzó a tener una posición importante en el reino: James I le concedió el título de barón para contar con su apoyo durante su reinado. Su hijo, John Spencer, nacido en 1734, fue nombrado el primer conde Spencer. Todos los condes tuvieron siempre una posición muy cercana ala corona británica. Mientras algunos se destacaron como patrones de las artes, otros tuvieron un rol político muy activo. Quizás el más destacado fue el bisabuelo de Diana, Sir Charles Robert 6to conde Spencer (1857 -1922), quien fue parte de la Cámara de los Comunes y Lord Chambelán del rey Eduardo VII.
Cuando el abuelo de Diana, Albert Edward John (1892 – 1975) tomó el título de séptimo conde Spencer, en 1922, sólo habían pasado tres años desde que el rey Jorge V de Inglaterra nombrara a la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha con el nombre de Windsor, en alusión al palacio de la familia real en esa ciudad. En plena Primera Guerra Mundial, una proclamación real firmada el 17 de julio de 1917 determinó que no se usara el nombre de la dinastía alemana para referirse a la familia real británica, aunque efectivamente los Windsor son parte de la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha, de origen alemán. De ahí que se diga que la familia de Lady Di era aún más antigua y tradicional que la del príncipe Carlos.