El alma de Italia

Síntesis biográfica

Nacido en Génova, el 22 de junio de 1805, hijo de Giacomo Mazzini, médico y profesor de anatomía, un nativo de Chiavari y el personaje activo en la política en el momento de la República de Liguria y la era napoleónica, y de María Drago, una mujer de gran belleza natural y viva inteligencia.

Niñez

La niñez de Giuseppe Mazzini, que crecía más bien débil y enfermizo, por lo que el padre resolvió hacerle estudiar solamente después de haberle reforzado el organismo con adecuados ejercicios físicos. Pero el chico en casa aprendió a leer por sí mismo y leyó un sinnúmero de libros. A diferencia de Leopardi, a Mazzini el mucho estudio le mejoró hasta la salud y así fue que los padres primero le trajeron algunos docentes a casa y luego le enviaron al Colegio Real, regido por los padres somascos.

Estudios

Del Colegio Real, en 1822 Mazzini pasó a la Universidad para estudiar medicina, según las intenciones del padre. En cambio el muchacho optó por la carrera de derecho, que entonces era precedida por dos años de estudios literarios y filosóficos. Pero más que por la influencia materna y por sus lecturas, la formación espiritual de Mazzini, humanitaria, revolucionaria y republicana, se debió a las tristes condiciones en que él vio sumida a la Italia de su tiempo y especialmente a su dilecta Génova. Todos los hechos en Italia por este periodo reavivan la fe revolucionaria del joven Mazzini quien, por otra parte, el recibirse de abogado en 1827, existiendo entonces la Defensoría de Pobres, se inscribió en ella y durante dos años ejerció gratuitamente la profesión en beneficio de los pobres y desamparados.

Descripción

Un retrato de Mazzini en su juventud lo encontramos en la novela Lorenzo Benoni, De Giovanni Fuffini, que designa a su íntimo amigo bajo el nombre de Fantasio: “Fantasio era el joven mas encantador que yo haya conocido: tenía un año mas que yo, su cabeza era bien modelada, espaciosa y bien prominente en la frente, los ojos negros que en algunos momentos despedían destellos. La expresión de su cara seria y casi severa, era casi suavizada por una sonrisa muy suave mezclada a algo que expresaba una rica vena cómica. Era buen y fecundo conversador; llevaba una vida de retiro y de estudio. No le llamaban las diversiones comunes a los jóvenes de su edad.

Trayectoria

El pensamiento político era dominante en la mente de Mazzini, aún cuando fuera muy difícil su difusión. Había en Génova un periódico de anuncios comerciales, L´Indicatore Genovese, cuyo editor fue convencido por Mazzini para incluir en los anuncios también argumentos de otro origen, especialmente literarios que, poco a poco, se fueron haciendo cada vez mas políticos. Pero muy pronto el gobierno se percató de la cosa y lo suprimió. Entonces Mazzini, junto con Francesco D. Guerrazzi, Guiseppe Doveri y Carlo Bini inició la publicación en Liorna (Toscana) de L´Indicatore Lovornese, giornale di scienze, lettere ed arti, que debía ocuparse, por lo menos formalmente, de comercio y asuntos marítimos.

Mientras Mazzini desarrollaba una intensa actividad propagandística de sus ideales, no desdeñaba la acción práctica encaminada a su consecución. Pensó así en afiliarse a la Carbonería en 1827. Era esta una sociedad secreta que luchaba contra el absolutismo, quizás originariamente desprendimiento de la Masonería cuyo ritual imitaba, dividiendo su escala jerárquica en nueve grados. Mazzini fue iniciado en la Carbonería con el primer grado y muy pronto pasó al segundo con la facultad de agregar cuantos más jóvenes pudiese. Así fue enviado a Liona para fundar una “Venta”.

A su retorno a Génova, fue llamado al Hotel del Lion Rouge para iniciar en el segundo grado a un tal mayor Cottin, de Niza o Saboya. Este pues se arrodilló mientras Mazzini sacaba del bastón una espada para hacerle pronunciar, según el ritual, la fórmula del juramento. Entonces se abrió una pequeña puerta y un individuo desconocido apareció en la habitación, miró atentamente a Mazzini y se retiró. Cottin dijo que este hombre era un fiel sirviente suyo que tenía siempre libre acceso a sus habitaciones.

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Encarcelamiento

Pocos días después, Mazzini, supo que el individuo desconocido era un carabinero vestido de civil y que el pretendido mayor Cottin estaba también a sueldo de la policía. Arrestado y de la cárcel de la ciudad trasladado a la fotraleza de Savona, durante el encierro Mazzini concibió el proyecto de la “Joven Italia”. La cárcel de Mazzini terminó en los primeros días de febrero de 1831, después de un regular proceso instruido por una Comisión de Senadores en Turín.

Esta sobreseyó al acusado encontrando insuficiente para condenarle el testimonio de un solo individuo, el carabinero de civil. Sin embargo el Gobierno, considerando a Mazzini como un individuo muy peligroso, puso al imputado una alternativa: o el confinamiento en una pequeña ciudad del Piamonte o el abandono del Estado por un tiempo indeterminado. Mazzini le pareció que podía servir mejor a la causa de la revolución estando fuera de las garras de la policía sabauda y así el 10 de febrero de 1831 cruzaba los Alpes hacia un exilio que duró cuarenta años.

Exilio

Primera etapa del exilio de Mazzini fue la ciudad de Ginebra, en Suiza, por aquel entonces gran refugio de los proscriptos de toda Europa. Aquí nuestro prófugo fue recibido con grandes manifestaciones de cortesía por el historiador Sismondi, por el penalista Pellegrino Rossi y otros científicos y políticos allí refugiados. Conoció también al banquero milanés Giacomo Ciani, condenado a muerte por Austria en 1821, quien le sugirió que si tenía “deseo de acción” fuera a Lyon y se presentara a los italianos que se reunían en el Café del Fénix.

Efectivamente, en la gran ciudad francesa se estaba organizando una columna de dos mil hombres que, conjuntamente con dos batallones de la milicia nacional francesa, debían coadyuvar con el comité surgido en Turín para una sublevación de las poblaciones de Italia Central contra el poder absolutista de los papas.

Mazzini participó con entusiasmo en la iniciativa hasta que, descubierta ésta por la policía piamontesa, se produjo una violenta represión por aquel gobierno, que ordenaba la detención de todos los jefes de la conjura y de los oficiales del ejército piamontés que habían adherido a la misma. Al mismo tiempo, el rey de Francia, Luis Felipe I, traicionando las promesas hechas a los exiliados italianos, ordenaba su violenta expulsión del territorio francés.

Mazzini entonces, de Lyon se trasladó a Tolón y aquí embarcó en un velero napolitano que, cruzando un mar tempestuoso, lo condujo a Bastia, en Córcega, donde se estaba constituyendo una columna de un millar de corsos para participar en la lucha redentora de la Italia Central. Tampoco la columna corsa pudo salir por la defección de , Luis Felipe I, quien comprometió a toda la proyectada sublevación italiana dejando que fuera ahogada en sangre por la intervención austríaca.

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Publicaciones

Entonces Mazzini se trasladó a Marsella y, no pudiendo hacer más, escribió en francés algunas páginas tituladas Una noche en Rímini en 1831, de maldición a la monarquía de Luis Felipe I, que fueron publicadas parcialmente por el National de París.

Actividad revolucionaria

Su actividad revolucionaria pronto le causó problemas con la justicia. En 1831 fue a Marsella, donde organizó una nueva sociedad política llamada La giovine Italia (La Joven Italia). Su lema era Dios y el Pueblo, y su principio básico era la unión de los diversos estados y reinos de la península en una única república como único medio para lograr la libertad italiana. También fundó diversas organizaciones con el fin de unificar o liberar otras naciones: Joven Alemania, Joven Polonia y finalmente Joven Euroa (Giovine Europa).

En el estatuto, entre muchas otras normas, se establecía: “La Joven Italia es republicana y unitaria… Los medios de que entiende valerse para alcanzar sus fines son la Educación y la Insurrección. Estos dos medios deben usarse concordemente y armonizarse. La Educación con los escritos, con el ejemplo, con la palabra, debe concluir siempre en la necesidad y la predicación de la Insurrección; la Insurrección, cuando pueda realizarse, deberá hacerse de manera que de ella resulte un principio de educación nacional. La Educación, necesariamente secreta en Italia, es pública fuera de Italia…”

La fórmula del juramente, después de una larga premisa, establecía: “Doy mi nombre a la Joven Italia, asociación de hombres creyentes en la misma fe, y juro: Consagrarme en todo y para siempre a constituir a Italia en nación Una, Independiente, Libre, Republicana.

“Promover con todos los medios, de palabra, de escritos, de acción, la educación de mis hermanos italianos, el fin de la Joven Italia, la asociación que sola puede conquistarlo, la virtud que sola puede hacer la conquista duradera; “No pertenecer, desde este día en adelante, a otras instituciones;”Uniformarme a las instrucciones que me serán transmitidas, en el espíritu de la Joven Italia, por quien representa conmigo la unión de mis hermanos y conservar, aún a precio de la vida, inviolados sus secretos;”Ayudar con la obra y el consejo a mis hermanos en la asociación;”Ahora y siempre; “Así juro invocando sobre mi cabeza la ira de Dios, el aborrecimiento de los hombre y la infamia del perjuro, si yo traicionara en todo o en parte mi juramento.”

Movimiento Insurreccional

En los preparativos previos a la expedición de Saboya, Mazzini se había puesto de acuerdo con varios patriotas franceses, para realizar un movimiento insurreccional en su país, que debía tener su punto de partida en la ciudad de Lyon, muy próxima a Saboya. Enseguida debían participar del movimiento París y otras ciudades de Francia. Sin embargo, por diversas causas, el movimiento no pudo estallar hasta que, después del fracaso de la expedición de Saboya, no surgió una chispa ocasional y fue el 9 de abril de 1834, fecha fijada para el proceso de algunos obreros de la seda de Lyon, a raíz de una huelga. La sociedad de los sederos, que contaba con más de cincuenta mil asociados, se había unido a las asociaciones políticas constituyendo un Comité de Unión que debía proveer a la acción común contra el gobierno y la patronal.

El movimiento estalló y durante tres días Lyon fue presa de la guerra civil. Al final ganó la tropa organizada, que ejecutó una sangrienta represión. Su episodio más cruento se produjo en el edificio N 12 de la calle Transnonain, de donde salió un tiro de fusil al pasar la tropa. Los soldados irrumpieron en la casa y mataron o hirieron a todos sus moradores, sin distinción de sexo ni edad.

Estos hechos excitaron a Mazzini y lo empujaron a acentuar el carácter internacional de su propaganda republicana y humanitaria.

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Otras publicaciones

En enero de 1835, en la Revue Republicaine, Mazzini publicó el escrito La iniciativa revolucionaria en Europa, en el que desarrollaba la tesis de que cada pueblo debe encontrar en sí mismo la fuerza regeneradora sin esperarla de otros pueblos. La admonición estaba evidentemente dirigida a los italianos que confiaban demasiado en Francia.

En diciembre de 1836, por fin, Mazzini y los Ruffini decidieron abandonar el territorio suizo para trasladarse a Inglaterra, por lo que pidieron y obtuvieron los correspondientes pasaportes inglés y francés.

Mazzini creía que la unificación italiana sólo podría alcanzarse mediante un levantamiento popular. Continuó plasmando este propósito en sus obras y trató de conseguirlo a través del exilio y la adversidad con inflexible constancia. Sin embargo, su importancia fue más ideológica que práctica: tras la caída de las revoluciones de 1848 (durante las cuales Mazzini se convirtió en el líder de la efímera República Romana), los nacionalistas italianos empezaron a mirar al rey del Piamonte y su primer ministro, el conde Cavour como los directores del movimiento unificador. El general Giuseppe Garibaldi, un joven seguidor de Mazzini, también desempeñó un papel crucial en el camino hacia el Estado italiano, pero este reino distaba mucho de la república anhelada por Mazzini.

Casi contemporánea al Apostolato es la fundación, en Londres, de una Escuela Italiana Gratuita y el comienzo de una Asociación Obrera entre los italianos. Las dos instituciones se concretaban no solamente en su misión doctrinaria y educativa sino en algunas acciones prácticas como la lucha contra la explotación de los niños.

La escuela fue abierta el 10 de noviembre de 1841 y duró hasta 1848. En aquellos siete años dio enseñanza intelectual y moral a varios cientos de niños y jóvenes, que acudían a ella por la noche después del trabajo. El mismo Mazzini daba clases de historia y astronomía elemental.

Además del Apostolato popolare, la Escuela Gratuita contaba con la cooperación de otro periódico, il Pellegrino, “diario instructivo, moral y agradable de la escuela madre italiana gratuita”, dirigido por el prófugo florentino Luis Bucalossi, del que aparecieron 52 números desde el 4 de junio de 1842 hasta el 17 de junio del año siguiente. Concluida la publicación del tal Pellegrino, fue iniciada la impresión del Educatore, que se distribuía también gratuitamente entre los alumnos de la escuela. Se publicó durante un año a partir del agosto de 1843.

Últimos años

En todo el año 1871, sus condiciones de salud fueron siempre empeorando. Sus fuerzas físicas eran cada vez menores; pero su mente seguía trabajando. Dejando de lado los proyectos insurreccionales que él veía ahora aún más difíciles por el enrolamiento de los voluntarios para Francia invadida por los alemanes, que él deploraba, se propuso iniciar en Italia una nueva era de apostolado educativo, sobre todo entre los obreros. Pero se encontró con un nuevo formidable enemigo, La Internacional Socialista, que predicaba la lucha de clases, allí donde Mazzini quería la armonía de las clases. Además de Lugano, en el 71 con el cuerpo exhausto, pasó temporadas en Génova, en Pisa, en Liorna, con alguna rápida visita a Roma, Milán y otras ciudades, para convenios. Tuvo la fuerza de promover la publicación en Roma, bajo la dirección de José Petroni del semanario La Roma del Popolo, cuyo número primero apareció el 9 de febrero con un largo programa redactado por Mazzini y se publicó hasta el 21 de marzo de 1872.

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Los últimos momentos de Giuseppe Mazzini (1873), de Silvestro Lega.

Los últimos momentos de Giuseppe Mazzini (1873), de Silvestro Lega.

Fallecimiento

De Lugano, había manifestado el deseo al amigo Dagnino de trasladarse a Génova, para escribir sus memorias y terminar sus días en paz. Dagnino fue a buscarle a principios de febrero y quiso llevarle antes de pasar unos días en su casa de Pisa. Pero aquí hizo crisis la enfermedad del prócer, que dejó de existir el 10 de marzo de 1872. Fue llevado a Génova y solamente entonces, después de cuarenta años de exilio, como proclamó Carducci, pudo pasar libre por territorio italiano, para encontrar en su ciudad natal, al lado del cuerpo de la madre, el lugar anhelado para su extremo reposo. Los funerales de Mazzini fueron de una extraordinaria grandiosidad. A todo lo largo de la línea del ferrocarril, se amontonaron masas imponentes de gente: en Génova el cortejo fúnebre juntó más de ciento veinte mil personas. Pero éstas fueron solamente manifestaciones de pueblo, vivas y espontáneas, como sólo el pueblo sabe expresar. Garibaldi, que fue siempre hombre de pueblo, había telegrafiado: “Sobre el ataúd de Mazzini ondee la bandera de los Mil”. Pero la Italia oficial, la del estado monárquico, estuvo ausente, renunciando aún al más frío acto formal de homenaje, olvidando cuánto el país debía a Mazzini aún muerto. Sin embargo, éste seguiría marchando a la cabeza del pueblo italiano, trazando con un surco profundo el camino del porvenir, libre, democrático, republicano. Así cerró su breve discurso en el acto del entierro, Federico Campanella antiguo compañero de ideales del prócer.

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