John Birks Gillespie nació en Cheraw, Carolina del Sur, el 21 de octubre de 1917, y comenzó a ser Dizzy en los años treinta. Se mudó a New York y trabajó en varias big bands: con Teddy Hill, Lionel Hampton, Cab Calloway (con quien terminó muy mal) y Earl Fata Hines.
Dizzy era una atracción principal en las jam sessions del Minton’s Playhouse de Harlem, en lo que sería el caldo de cultivo del bebop. La velocidad y la facilidad de Gillespie en los registros agudos, agregadas a una concepción de música cada vez más original, terminó dando origen al grupo que lideró con Charlie Parker (los llamaban Diz & Bird). Sin dudas, su contacto con Charlie Parker (que tocaba el saxo alto), más que sumar sus talentos, los potenció. Gillespie y Parker se conocieron en Kansas City, en una habitación de hotel; comenzaron a tocar… y no pudieron detenerse. El mismo Dizzy dijo sobre ese encuentro: “teníamos ideas tan parecidas que era difícil distinguir lo que provenía de mí de lo que venía de él”. En ese encuentro nacía el bebop. Nada más y nada menos.
La unión de Dizzy y Bird sigue siendo uno de los capítulos más trascendentes de la historia del jazz. El bebop requería una técnica formidable y una gran creatividad; la genialidad pirotécnica de Gillespie era el envoltorio perfecto para el genio de Parker, y se apoyada en una comprensión más profunda de la armonía de la que poseían la mayoría de los músicos de la época. La unión de ambos puso al bebop en lo más alto del mapa musical y transformó a Gillespie en una figura inmortal del jazz.
Sin embargo, Parker y Gillespie, ambos considerados grandes genios del jazz, no tocaron tanto tiempo juntos y siguieron caminos separados: Parker fue inigualable en pequeñas formaciones, más tarde fue víctima de su propia inestabilidad emocional y de las drogas, y murió joven; Gillespie mostró su talento en grandes formaciones, convirtiéndose en una de las figuras más reconocidas del jazz. Su fama se acrecentó con su fuerte personalidad y sus espectáculos personales entre los que se destacaban además su habilidad para el scat (un fraseo vocal improvisado) y para los instrumentos de percusión.
Otros de sus sellos identificativos como trompetista fueron sus sorprendentes mofletes y su trompeta torcida, sobre la cual diría: “la forma de mi trompeta fue un accidente. Me dejé la trompeta en un soporte para trompetas, alguien le dio una patada, y en lugar de caerse, la trompeta se dobló”. Tras esto, que ocurrió en 1953, comenzó a usar trompetas fabricadas especialmente para él con la campana de la misma saliendo a 45° del cuerpo del instrumento.
Se abrió a a nuevos horizontes en 1956, haciendo una extensa gira (patrocinada por el Departamento de Estado de los EEUU) por África, Europa, Oriente Medio y hasta Pakistán.
Gillespie fue tomando cada vez más conciencia de sus raíces africanas y participó en muchas campañas en defensa de los derechos civiles, y fue candidato a presidente de los Estados Unidos en 1964 bajo el lema “los políticos deberían tener más ritmo”. Suficientemente astuto como para no caer en el mundo de las drogas (que era una verdadera plaga en la comunidad bebop), Dizzy Gillespie era un músico brillante y un hombre del espectáculo en toda su dimensión.
Más adelante tuvo un breve y fallido intento de unirse a la moda de la fusión del jazz-rock de los setenta; siguió dirigiendo bandas y grupos pequeños y grandes durante el resto de su carrera, incluyendo la United Nation Orchestra (usando el nombre en singular para resaltar su creencia en la unidad de los pueblos), orquesta que dirigió desde 1988 hasta su muerte, por cáncer de páncreas, el 6 de enero de 1993.
