Nacido en París el 28 de diciembre de 1931 y suicidado (de un disparo) en el valle del Loria el 30 de noviembre de 1994, Guy Ernest Debord era hijo de Martial Debord (un farmacéutico que murió de tuberculosis en 1936) y de Paulette Rossi (hija de Lydia Rossi, una heredera de un negocio de manufactura de calzados de la zona industrial parisina de La Mouzaia), quienes habían contraído nupcias en marzo de 1931, nueve meses antes del nacimiento del primer y único vástago del matrimonio. A sus cuatro años, tras la muerte de su progenitor, su madre decidió mandarlo a vivir con su abuela Lydia a la villa de la familia en Italia, donde permaneció hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial cuando se rencontró con ella (quien ya había vuelto a contraer connubio con un abogado de nombre Charles Labaste, a quien había conocido en Pau, luego de haber sido nuevamente madre de dos varones, Michele y Bernard, a quienes su padre biológico no había concedido su apellido y Labaste había adoptado como propios) en Cannes. Allí, Debord terminó la secundaria y comenzó su interés por el cine y el vandalismo.
En 1951, después de un fallido intento de estudiar abogacía en la Universidad de París por dos años, en el Festival de Cine de Cannes conoció a Isidore Isou (nacido Jean Isidore Goldstein, un poeta rumano que en 1946 había arribado a París con una valija llena de manuscritos y un proyecto artístico megalómano, el cual aunaba poesía, pintura, cine, teatro, música y demás expresiones artísticas, al que había denominado “Letrismo”), quien se encontraba presentando su ópera prima, Traité de bave et d’éternité (Tratado de baba y eternidad) – https://www.youtube.com/watch?v=U_uukBCqVaY&ab_channel=QuentinRoosevelt -, la cual estaba planteada por Isou como un filme-manifiesto. En él, la voz en off de Isidore desgranaba los principios básicos de la teoría y la práctica del cine letrista: el montaje discrepante (la divergencia de la imagen y el sonido), la cinceladura (manipulación del soporte mediante la ralladura o el arañazo) y la incorporación de materiales fílmicos de desecho. La película se alzó como un grito revulsivo contra la tiranía de la imagen sobre el sonido, en un intento de destruir las bases sobre las que se sostenía –y sigue aun sosteniéndose- el lenguaje cinematográfico. “Quería separar el oído de su amo cinematográfico: el ojo”, era/es una de las afirmaciones del protagonista del filme (su alter ego). Bajo los auspicios de Jean Cocteau, durante esa edición del festival, se creó y otorgó un premio a la “mejor vanguardia” a la película de Isou.
Después del arremetido encuentro con el poeta rumano y el deslumbramiento por el mismo causado, Debord volvió a París y comenzó a participar del Letrismo junto a Maurice Lemaître, Gil Wolman, Jean Louis Brau y Marc’O, y a escribir para el único número de la revista Ion de Marc’O (abril de 1952). Paralelamente, durante esos días publicó la sinopsis de la primera versión (con imágenes) de su película Hurlements en faveur de Sade – https://www.youtube.com/watch?v=wCOP9h04I9c&ab_channel=%D0%95%D0%BC%D0%B8%D0%BB%D0%93%D1%80%D0%B8%D0%B3%D0%BE%D1%80%D0%BE%D0%B2 – (cuyo título le había sido sugerido por Isou). El filme alternaba secuencias con la pantalla enteramente en negro o en blanco, y se componía de una banda sonora con frases poéticas desviadas de su contexto de origen, entrecortadas con largos silencios cuyo propósito era acelerar el proceso de negación-descomposición en el cine -proceso ya muy avanzado en otras artes como en pintura con el Cuadrado blanco sobre fondo blanco de Kazimir Malévich o en literatura con Finnegans Wake de James Joyce-. El objetivo substancial de la obra audiovisual de Debord era ir lo más directamente posible al proyecto de superación del Arte, cuestión que devino en el punto de partida que llevó más tarde a la fundación de la Internacional Situacionista.
Para finales de 1952 nació la Internacional Letrista (I.L.), movimiento que marcó sus distancias con el Letrismo de Isou reivindicando una actitud más cercana a los anarquistas y a los marxistas revolucionarios que al ideal de “creatividad generalizada” pregonada por Isidore. La fecha fundacional del mismo fue el 7 de diciembre de ese año, cuando Debord junto a Gil Wolman, Jean Louis Brau, Serge Berna, Jean Michel Mension, Ivan Chtcheglov y Eliane Papai (en ese momento compañera afectivo-sexual de Debord) se encontraron en un bar del barrio obrero parisino Aubervilliers, y, entre copas, discutieron las reglas básicas de participación, las cuales formalizaron en cuatro manifiestos en un corto documento al que grandilocuentemente titularon “La conferencia de Aubervilliers”. Durante ese período publicaron tres ejemplares de la revista L’Internationale lettriste (boletines informativos mimeografiados gratuitos que constaban de pocas páginas compuestas por una docena de escritos cortos, alguno de los cuales eran solamente una oración o dos). En 1954, el movimiento comenzó a editar la revista Potlach, que en su programa anunciaba: “Trabajamos a la realización consciente y colectiva de una nueva civilización”. En la revista belga Les Lèvres Nues (fundada por los surrealistas Marcel Mariën y Paul Nougé, la cual funcionó desde 1954 a 1957), Debord declaró: “Entre los diversos procedimientos “situacionistas” la deriva se presenta como una técnica de paso apresurado a través de ambientes variados. El concepto de deriva está conectado de forma indisoluble al reconocimiento de efectos de naturaleza psicogeográfica, y a la afirmación de un comportamiento lúdico-constructivo, lo que la opone a las nociones clásicas de viaje y paseo”.
1957 fue para Debord un año decisivo durante el cual, en Cosio di Arroscia (Italia), fueron planteadas las bases para una nueva vanguardia: la Internacional Situacionista. La deriva, la creación de situaciones lúdicas, etc. fueron propuestas por Guy en el primer texto fundador de esta organización revolucionaria de artistas e intelectuales:” Rapport sur la construction de situations et sur les conditions de l’organisation et de l’action de la tendance situationniste internationale” (Informe sobre la construcción de situaciones y sobre las condiciones de organización y acción de la corriente situacionista internacional). En dicho texto, Debord planteó la exigencia de “cambiar el mundo” y consideró la posibilidad de superar todas las formas artísticas a través de “un empleo unitario de todos los medios en aras de cambiar la vida cotidiana” (“No para rebajar el arte al nivel de la vida que existe actualmente, pero, al contrario, para elevar la vida a lo que el Arte prometía”, escribió el pensador galo). Uno de los principales objetivos de la Internacional Situacionista consistió en realizar las promesas contenidas en el desarrollo del aparato de producción contemporáneo y la liberación de las condiciones históricas en merced de una reapropiación de la realidad en todos los aspectos de la vida. Superar el arte era su proyecto inicial. Los situacionistas criticaron y ridiculizaron el arte contemporáneo para demostrar la falsedad y la superficialidad de la cultura burguesa.
Debord continuó su creación cinematográfica en 1959 con Sur le passage de quelques personnes à travers une assez courte unité de temps (Sobre el paso de unas cuantas personas a través de una unidad de tiempo bastante corta) – https://www.youtube.com/watch?v=s0sfC20aACA&ab_channel=Tom%C3%A1sQuiroga -y Critique de la séparation (Crítica de la separación) – https://www.youtube.com/watch?v=YmDHOs2D60U&ab_channel=MarcosOlivera – de 1961. En esas dos películas, analizó la vida alienada, separada por el cotidiano mercantil, donde cada uno debe perder su vida para conocer a los demás en un mundo separado por la mercancía. La publicación de su libros La sociedad del espectáculo (publicado el 14 de noviembre de 1967, inicialmente por la editorial Buchet/Chastel y a partir de 1971, por Champ libre) -y luego llevado a cortometraje en 1975: https://www.youtube.com/watch?v=hJTuVaEKGPo&ab_channel=AlexisClio– significó el sumun de su carrera como pensador y cineasta. Allí, Debord articuló la alienación “necesaria” de Hegel con lo que Marx llamó “el carácter fetiche de la mercancía y su secreto”, basándose en el estudio de Historia y consciencia de clase de Lukács (que planteaba el sujeto alienado, la consciencia de clase alienada). A esa base económica de la alienación, Debord añadió la imagen de la mercancía mediatizada a ultranza por la publicidad venida de Estados Unidos -para los situacionistas y la corriente marxista más crítica, la producción de mercancías condiciona cada aspecto de la vida social, y “El espectáculo es el capital, en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen”-. “El espectáculo no es una colección de imágenes”, escribió Debord, “sino una relación social entre la gente, mediada por imágenes”.
En 1972, tras divorciarse de la escritora Michèle Bernstein (con quien había contraído nupcias apenas conocerse en 1952 y junto a la que fundó la Internacional Situacionista), Debord se casó con Alice Becker-Ho, una poetisa y lingüista francesa (conocida por ser una de las principales instigadoras del Mayo del 68 francés) –http://worldcat.org/identities/lccn-n87129635/-, a quien había conocido en 1963 y de la cual había sido amante durante años (Michele y Guy mantuvieron una relación abierta y poliafectiva), y que lo acompañó hasta su óbito y se convirtió en la heredera universal de su obra –haciendo de la mezquindad bandera en nombre del copyright en tiempos tecnoparasitarios de libre información digitalizada (en 1998, interpuso una demanda judicial, junto a la editorial Fayard, contra Jean-François Martos por haber publicado cartas de Debord sin su autorización y en marzo de 2010 firmó un acuerdo para la venta de los archivos de Guy Debord con la Bibliothèque nationale de France)-. Durante su relación marital, Alice y Guy viajaron juntos, aunque no demasiado. “No sentí la necesidad de ir muy lejos”, escribió Guy Debord en su autobiografía Panegírico (publicada en 1989 por Éditions Gérard Lebovici). En los últimos 20 años de su vida, Guy prefirió aislarse cada vez más. No concedía entrevistas, pocas veces se dejaba fotografiar y ni siquiera tenía teléfono. Junto con Alice y nadie más, pasó mucho tiempo en una cabaña en Champot Haut, en el valle del río Loira (a partir de 1975, todos los veranos e incluso varios inviernos, los pasaron allí, en el llamado “jardín de Francia”). En sus últimos años de existencia, ignorado en los círculos establecidos de la cultural oficial, Debord se afincó en Bellevue-la-Montagne, donde se dio a la bebida y sufrió graves problemas de obesidad. Desesperado, el último día de noviembre de 1994 puso fin a su vida terrenal disparándose un tiro en el corazón. “La belleza del hombre está en su destrucción”, escribió Jean Michel Mension (en la segunda edición de la revista de la Internacional Letrista en febrero de 1953) y fiel a las palabras de su amigo protopunk, Debord dejó un cadáver –ya no tan bonito- bajo ese aforismo.
Links:
Panegírico, tomo primero y segundo, (en francés, Panégyrique, tome premier et tome second) son dos libros autobiográficos de Guy Debord publicados en francés en 1989 por Éditions Gérard Lebovici: http://comunizar.com.ar/wp-content/uploads/Debord-Guy-Panegirico-Tomos-1-Y-2.pdf
Todos los textos publicados por la Internacional Letrista: http://www.notbored.org/LI.html
Originales de las publicaciones de la Internacional Letrista: https://situationnisteblog.wordpress.com//?s=Internationale+Lettriste+no&search=Go
Informe sobre la construcción de situaciones y sobre las condiciones de la organización y la acción de la tendencia situacionista internacional. Documento fundacional, por Guy Debord (1957): http://espina-roja.blogspot.com/2009/11/se-cumplen-15-anos-de-la-muerte-de-guy.html
Textos traducidos al español de la Internacional Situacionista: https://monoskop.org/images/d/da/Internacional_Situacionista_Vol_1.pdf
Cartas de Guy Debord a Giorgio Agamben: http://lobosuelto.com/cartas-a-giorgio-agamben-guy-debord/