Leandro “Gato” Barbieri: De rosario al mundo

Gato Barbieri es quizás el segundo músico argentino que logró impacto significativo en el jazz, el primero es Lalo Schifrin, en cuya banda Barbieri tocó de adolescente. Su historia ha sido una odisea en zigzag entre su tierra natal y América del Norte. Comenzó tocando los ritmos latinos tradicionales, dándole la espalda a su herencia para explorar la vanguardia del jazz de los años 60, volviendo a las influencias sudamericanas a principios de los 70, tocando pop y fusión a finales de los 70s, solo para hacer y rehacer el mismo camino de nuevo en los años 80. La audiencia norteamericana escucho a Barbieri por primera vez cuando este era un toro desbocado, de tono áspero, gimiendo al estilo John Coltrane / Pharoah Sanders. Sin embargo, a mediados de la década de 1970, su enfoque y tono comienzan a suavizarse al son de baladas como “What a Difference a Day Makes” y “Europa” de Carlos Santana. Sin embargo, a pesar del lenguaje en el que comenzó a interpretar, el Barbieri de sangre caliente siempre ha sido uno de los solistas de saxo tenor más abiertamente emocionales que se haya registrado.

gato barbieri
 

 

 

 

 

Aunque la familia de Barbieri incluía varios músicos, no estudió ningún instrumento hasta la edad de 12 años cuando escuchó por primera vez “Now’s the Time” de Charlie Parker, experiencia que lo alentó a decidirse por el clarinete. Al mudarse a Buenos Aires en 1947, continuó sus clases de manera privada, así aprendió el saxo alto y, en 1953, se convirtió en un destacado músico nacional a través de la exposición en la orquesta Schifrin. Más tarde, en los años 50, Barbieri comenzó a dirigir sus propios grupos, cambiando a saxo tenor. Después de mudarse a Roma en 1962 con su esposa de origen italiano, conoció a Don Cherry en París el año siguiente y, al unirse a su grupo, quedó absorto en la vanguardia del jazz. Barbieri también tocó con la Orquesta de Compositores de Jazz de Mike Mantler a finales de los años 60. Todavía se puede escuchar su tono feroz y desatado en la “Obertura del hotel” de la obra épica de Carla Bley “Escalator Over the Hill”. Al inicio de la siguiente década, el corazón del rosarino experimentó una lenta transición y comenzó a reincorporar e introducir melodías, instrumentos, armonías, texturas y patrones de ritmo sudamericanos en su música. Álbumes como El Pampero en vivo en Flying Dutchman y la serie de cuatro capítulos en Impulse, la última de las cuales exploró los ritmos y texturas brasileñas y afrocubanas, así como la argentina, le dieron a Barbieri un gran reconocimiento en el mundo del jazz, ganando seguidores en los campus universitarios estadounidenses. Sin embargo, fue un accidente comercial, su musica sensual y la partitura de la controvertida película El último tango en París en 1972, lo que convirtió a Barbieri en una estrella internacional y numero puesto en festivales reconocidos como Montreux, Newport, Bolonia, por ejemplo. Un contrato con A&M en los EE. UU lo llevó a una serie de álbumes de pop / jazz más suaves a fines de la década de los 70, incluyendo la taquillera: ¡Caliente!. Mas tarde regresó a un sonido más intenso, con influencia de rock, con base en América del Sur en 1981, con el Gato en vivo … Para los Amigos, bajo la supervisión del productor Teo Macero, antes de volver al pop / jazz en Apasionado. Sin embargo, su perfil en los EE. UU, disminuyó más tarde esa década a raíz del creciente movimiento neo-bop. Acosado por la cirugía de triple bypass y el duelo por la muerte de su esposa, Michelle, quien era su confidente musical más cercana, Barbieri estuvo inactivo durante gran parte de los años noventa. Pero regresó a la acción en 1997, tocando con la mayor parte de su apasionada intensidad, aunque limitada en ideas, en el Festival de Jazz de Playboy en Los Ángeles y grabando un álbum algo insípido, Que Pasa, para Columbia. Le siguió el Che Corazon en 1999. Cuando se inauguró el siglo XXI, Barbieri vio aparecer un flujo constante de colecciones y reediciones de su trabajo. Un nuevo álbum, Shadow of the Cat, apareció en Peak Records en 2002. Debido a una neumonía y con varios problemas de salud, Leandro Barbieri murió el 2 de abril de 2016, a los 83 años, en un hospital de Nueva York, donde residió durante cuatro décadas.

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