Muy deteriorada la relación entre Rondeau y Gúemes, ambos jefes actuaban en forma separada y con diferente estrategia. Rondeau con mederación inquietante establece su cuartel general de avanzada en Huacalera, hasta tanto Güemes con una impronta más aguerrida iba librando pequeños combates y escaramuzas y con la colaboración inestimable de las fuerzas de Fernández Campero. Esta circunstancia y ante el miedo de seguir perdiendo prestigio y respeto ante la tropa, Rondeau destituye a Güemes como Jefe de vanguardia y nombra en su reemplazo al inexperto Cnel. Martín Rodríguez. En tono ofensivo ordena al caudillo salteño a entregar a Rodríguez la División Salta, “… más éste se niega arguyendo que dicha división no pertenecía al ejército, ni estaba bajo las órdenes de su General en Jefe “. Mientras tanto de Buenos Aires aconsejan a Rondeau mandar a Güemes castigado hacia el sur por su carácter rebelde y por ser un eminente peligro si se quiere llegar a una tregua con los realistas.
Martín Rodríguez recibe órdenes de entrar a la Puna y lograr una victoria para mejorar la imagen del ejército. Lamentablemente el resultado de esta misión es totalmente inverso, ya que al hacer un alto en el paraje conocido como “El Tejar”, su presencia es detectada por el comandante enemigo Antonio Vigil, quien atacándolo sorpresivamente lo reduce con facilidad tomándolo prisionero junto con varios de sus efectivos. De esta refriega logró huir Mariano Necochea quien llega hasta el cuartel general para informar lo acontecido. Esta dudosa situación hace que Güemes y sus comandantes sospechen de una estratagema para reunirse con el enemigo y entablar negociaciones a espaldas del pueblo salto-jujeño-tarigeño que ha venido sufriendo los desgastes de la guerra.
Rondeau luego de estas noticias demoró su accionar permitiendo a Pezuela concentrar su fuerza en Cotagaita y el jefe realista le otorgó la libertad a Martín Rodríguez para que pactara una reunión. Las gestiones no tuvieron éxito pero sí se pactó por correspondencia permitir la salida de Salta de la dama jujeña Josefa Raimunda de Marquiegui, esposa del general Pedro Antonio de Olañeta.
Hasta tanto, en reemplazo de Martín Rodríguez es nombrado el General Francisco Fernández de la Cruz para que avance hasta el Tejar y luego tome rumbo hasta Puesto del Marqués donde se tenía noticias que estaba establecida la vanguardia enemiga.
Esto era así ya que en los primeros días de abril de 1815, Antonio Vigil con 300 hombres de caballería de línea, se había establecido en la hacienda del *Marqués de Campero (Puesto del Marqués). Vigil pertenecía a la vanguardia del ejército español acantonada en Yavi. Había sido enviado en carácter de observador por su comandante, el brigadier Pedro Antonio de Olañeta. El puesto se componía de una casa principal y una corta ranchería en medio de un terreno abierto, árido y frío. Pronto los realistas recibieron un refuerzo de 300 hombres procedentes de Cangrejos. Se mantuvieron entonces en el mayor descuido. Seguramente confiaban en la tregua de hecho que el general de su ejército Joaquín de la Pezuela había establecido con Rondeau.
De la Cruz no contaba con instrucción de atacar ya que aparentemente existía una negociación en trámite y se mantuvo a la espera órdenes superiores para ordenar el avance.
Güemes, entonces, viendo la indecisión y la falta de iniciativa por parte de Rondeau, parte a las dos de la madrugada hacia el Puesto del Marqués con un Regimiento de Dragones y un contingente de mil gauchos Salto-Jujeños comandados por el mismo. De la Cruz ordena entonces la partida de un batallón de infantería: “Los Cazadores” al mando de Dn. Rudecindo Alvarado para detenerle.
Los Dragones debieron retrasarse en espera de la infantería y como estaba previsto la caballería Salto-Jujeña avanzó rápidamente durante la noche llegando antes del amanecer amanecer al Puesto del Marqués, aproximadamente 5,30 de la mañana, donde se divisó el campamento enemigo en pleno descanso. A la voz de atacar de Dn. Martín Miguel los centauros gauchos se lanzaron en rabiosa envestida contra la dormida tropa y en feroz entrevero realizaron terrible matanza.
En el combate murieron cuatro oficiales y 105 soldados realistas. Quedaron heridos o prisioneros cinco oficiales y 117 soldados. Además, según el parte de guerra correspondiente, los españoles perdieron todas sus armas y municiones, guiones, equipajes y bestias. El comandante Vigil logró huir con el capitán Valle y 12 hombres. De parte de los patriotas no hubo más desgracias que dos gauchos heridos
Este hecho victorioso del 14 de abril de 1815 sería la única ventaja que alcanzaría la tercera expedición al Alto Perú.
PROCLAMA DE GÜEMES DEL 23 DE FEBRERO DE 1815
Con esta proclama, y con su trifunfo en Puesto del Marques aniquilando a la vanguadia enemiga, dio por tierra con las “conversaciones de paz o de armisticio” entabladas subrepticiamiente por el Gobierno central. Poco después era elegido Gobernador de Salta, dando una lucha sin cuartel a los enemigos, dentro del Plan Sanmartiniano.
Mientras Martín Rodríguez entablaba diálogos pacifistas y entreguistas con el realista Pezuela, y el Director Supremo Posadas daba orden que no pasaron de la Ciudad de Salta el ejército para perseguir y aniquilar a los realistas, Güemes, separado de la vanguardia del ejército daba esta proclama:
PROCLAMA que el ciudadano Martín Miguel Güemes, Coronel Comandante del cuerpo militar de los Paisanos de la Campaña de la Provincia de Salta, dirige a sus vecinos y habitantes.
Oíd las voces de la naturaleza y el clamor de la verdad
Patriotas: ved el cuerpo militar de vuestros hermanos los gauchos que se une, se forma y sale a la campaña en los breves momentos de cuatro días: observad el gozo, la alegría y el júbilo con que van a presentarse a la frente de un ejército orgulloso, sin que a ninguno de estos héroes acompañe aquel temor que constituye los esclavos viles y ruines.
(…)
Neutrales y egoístas: vosotros sois mucho más criminales que los enemigos declarados, como verdugos dispuestos a servir al vencedor en esa lid. Sois unos fiscales encapados y unos zorros pérfidos en quienes se ve extinguida la caridad, la religión, el honor y la luz de la justicia…”
(…)
“Hombres todos, patriotas, enemigos y neutrales: escuchad la verdad y el clamor de la naturaleza. Patriotas: confiad en los campeones, que tengo el honor de mandar, y tened el consuelo de que estos brazos fuertes e incorruptibles os darán la libertad a que anheláis, y la seguridad que deseáis. Secuaces de los tiranos: vuestra soberbia os precipita. Advertid que las dieciocho provincias de esta América del Sud que sacuden la opresión, no las podrá ultrajar vuestra impotencia, ni serán duraderas las tramoyas y seducciones de que os valéis. Elegisteis este suelo para estableceros con vuestras familias y tomasteis en él un segundo ser pensado con juicio sobre vuestra suerte. Tenéis tiempo para arrepentiros, pero sea con operaciones, que inclinen a la confianza. Neutrales y egoístas: la sociedad americana de que no sois parte integrante, sino una perversa cizaña, la tenéis irritada. Os conocen y no podréis engañar. Estáis embarcadas en la nave de esta revolución y no os fascináis. Reformad vuestra conducta e incorporaos con vuestros hermanos, manifestando públicamente que aunque no tomáis las armas en la mano, sois artífices de igual importancia que los militares para el edificio de esta grande obra, siempre que concurráis generosa y suficientemente al sostén de su causa alimentaria. Salta y febrero 23 de 1815 y sexto de la libertad americana.
Martín Güemes
Comentarios:
Ante la historia oficial de los hechos nos surge varios interrogantes:
1) La llamada “sorpresa del Tejar” resulta sospechosa ya que el Jefe de Avanazada, Cnel. Martín Rodriguez, es capturado con sus hombres actuando demasiado ingenuamente como habría estado prevista su captura.
2) Justamente después de esa captura misteriosa se generan ciertas negociaciones entre patriotas y realistas.
3) Existen versiones que el Gral. Rodeau tenía intenciones del entregar el norte argentino a los Españoles con frontera en el Río Pasaje para llegar a un admisticio y así poder gobernar tranquilo en Buenos Aires.
4) El Gral. Güemes malogra estas acciones de negociación y esto lo confirma su proclama del 23 de febrero de 1815.
Texto extraído del sitio: http://www.portaldesalta.gov.ar/puesto.html