Breve historia de los apodos de los clubes de fútbol argentinos

Boca tiene dos apodos: xeneixes y bosteros. “Xeneixes” quiere decir “genoveses” en el dialecto propio de Liguria (la región donde está Génova); y se escribe con “X” porque, también en dialecto genovés, la región es conocida como “Zena” o “Xena”. O sea: xeneize significa “nacido en Xena”. Acerca del apodo “Bosteros” hay tres versiones: la primera dice que en realidad a los que vivían en La Boca se les llamaba “boteros”, porque usaban botes para cruzar el Riachuelo, y que los hinchas de River deformaron la palabra para usarla como burla a sus rivales de siempre; la segunda versión hace referencia a los excrementos flotantes en el agua durante las frecuentes inundaciones en La Boca; la tercera versión dice que el apodo proviene del hecho de que en La Boca había una terminal de los transportes tirados por caballos, cuyos excrementos se iban juntando en un recipiente adosado a la parte posterior del animal y al llegar a la terminal se volcaban en grandes contenedores de bosta.

River tiene dos apodos: millonarios y gallinas. En 1931, un año después del comienzo del profesionalismo en el fútbol argentino, River compró por 10.000 $ el pase de Carlos Peucelle, que jugaba en Sportivo Buenos Aires. El valor de ese fichaje era muy elevado para la época. Poco después pagó 35.000 $ por el pase del goleador Bernabé Ferreyra (“el mortero de Rufino”), una verdadera fortuna. para aquella época. Esos desembolsos de dinero originaron el apodo de “Millonarios”. En cuanto al apodo de “Gallinas”, hay que remontarse a 1966, al partido desempate por la final de la Copa Libertadores que River juega en Santiago de Chile contra Peñarol de Montevideo. River ganaba el partido 2-0 con comodidad, pero Peñarol se lo dio vuelta con garra y corazón, ganó 4-2 y fue campeón. De regreso a la Argentina, River visitó a Banfield por el campeonato local, y los hinchas de Banfield arrojaron al campo de juego una gallina con una banda roja, como burla por esa final perdida cuando tenían todo para ganarla.

A Independiente le dicen “Los Diablos Rojos”. Obviamente el color rojo de la camiseta tiene mucho que ver, pero el apodo se debe al periodista del diario Crítica, Hugo Marini, quien en 1926 los bautizó de esa manera por la elegancia y picardía en el juego del equipo, que volvía locos a los rivales. Ese estilo era “endiablado”, según el periodista.

Racing recibió el nombre de “La Academia” en la era amateur del fútbol argentino, luego de conseguir siete campeonatos en forma consecutiva entre los años 1913 y 1919, siendo el primer equipo heptacampeón del mundo. A esos campeonatos se sumaron los de 1921 y 1925; así, el apodo remite a un equipo que “daba clase” de fútbol cada vez que jugaba.

San Lorenzo es el club del fútbol argentino que tiene más apodos. El nombre del club surgió a partir de la iniciativa del grupo fundador del club como modo de agradecimiento al sacerdote Lorenzo Massa, quien les abrió las puertas del oratorio de San Antonio a los jóvenes -que terminarían siendo los fundadores del club- para jugar al fútbol. De ahí surgió el primer apodo: “Los Santos”. Como el nombre del club implicaba un homenaje a un cura y las sotanas de los curas son negras, también fueron llamados “Cuervos”. En la década del ’30 San Lorenzo traía bastantes jugadores del interior, a quienes llamaban “chacareros”; de ahí surgió el tercer apodo: “Los Gauchos de Boedo”. Finalmente, debido a su juego veloz, vertiginoso y apabullante, el mismo periodista mencionado antes, Hugo Marini, del diario Crítica, decidió bautizarlos como “El Ciclón”.

Huracán es “El Globo”. En 1909, Jorge Newbery hizo una de sus más importantes travesías: viajó desde el barrio de Belgrano en Buenos Aires y llegó a la ciudad brasileña de Bagé; es decir, cruzó 550 km por Argentina, Uruguay y Brasil. La hizo en un globo al que llamó “El Huracán”. Los fundadores de Huracán tenían buena relación con el aviador y le pidieron permiso para usar el globo como uno de los símbolos del equipo. Newbery aceptó, fue designado presidente honorario y desde 1911 oficialmente el escudo del Club Atlético Huracán es un globo.

A Vélez Sarsfield le dicen “El Fortín”. El club alquilaba un terreno ubicado en Basualdo y Guardia Nacional, en Villa Luro; en 1928 se juega el primer partido nocturno del fútbol argentino en esa cancha. Una vez más interviene el jefe de deportes de Crítica, el periodista Hugo Marini, quien bautiza al estadio como “El Fortín”, aludiendo a la apariencia de la cancha y a su fama de inexpugnable.

A Estudiantes de La Plata se lo conoce como “El Pincharrata” y “El León”. El origen del apodo “Pincharrata” tiene más de una versión. Una de ellas dice que se debe a que muchos simpatizantes del equipo eran estudiantes de la carrera de Medicina que solían hacer varios experimentos en los laboratorios con los roedores, aplicándoles inyecciones como práctica para su profesión. Pero también hay otras dos versiones: una cuenta que esos mismos estudiantes universitarios hacían trabajos de barrenderos en el Paseo del Bosque; allí usaban unos pinches para levantar las hojas y esos mismos pinches los usaban para matar a las ratas posteriormente. La tercera versión habla de un kiosco de diarios que se llamaba “El Pincharrata”, donde solían juntarse hinchas de Estudiantes. El origen del apodo “León” también tiene tres versiones: una dice que, si Gimnasia y Esgrima, su eterno rival, es “El Lobo” porque es el amo del bosque, entonces Estudiantes es “El León”, que es el rey de la selva. Otra versión dice que el apodo se originó después de ganar tres Copas Libertadores y una Intercontinental (en Old Trafford, frente al Manchester United) a fuerza de garra, y una última versión habla de Manuel “León” Santillán, un personaje que se opuso a la dictadura militar y fue muerto por la policía, y que en su honor se trasladó su apodo al equipo.

Gimnasia y Esgrima La Plata tiene como apodo “Los Triperos” y “El Lobo”. Gimnasia se fundó como un club social en 1887 y comenzó a convocar a los sectores más populares de la ciudad al comenzar a desarrollar el fútbol a principios de siglo XX. Esta convocatoria involucró más que nada a los vecinos del barrio “El Mondongo”; muchos de ellos eran trabajadores del frigorífico Swift & Armour de Berisso. El apodo “tripero” refiere a la profesión que desempeñaban muchos de sus jugadores e hinchas del club en estos frigoríficos. En el caso de “El Lobo”, el apodo se consolidó recién en 1962 y su autor fue Julio César Trouet, dibujante que trabajaba en el diario “El Día” de La Plata, y refiere a la ubicación del estadio, que se encuentra en el bosque platense.

Los apodos de los dos equipos de Rosario se generaron en la misma circunstancia: a principios del siglo XX, Newell’s Old Boys y Rosario Central, fueron invitados a celebrar un encuentro a beneficio de los enfermos de lepra del Patronato de Leprosos o del Hospital Carrasco (las fuentes difieren entre uno y otro). La invitación fue aceptada de inmediato por los directivos de Newell’s, quedando sentado para siempre un apodo que dura hasta hoy: “Leprosos”. Pero Rosario Central, en cambio, no accedió a participar del partido a beneficio, con lo cual fueron calificados de “Canallas”. Para los de Central, los de Newell’s eran todos leprosos por haberlo querido jugar; y para los de Newell’s, los de Central eran todos “canallas”, justamente por no haber querido jugar el partido. Rosario Central, además, es conocido como “La Academia”, apodo que surgió después de ganarle un partido a Racing (la “Academia” original) en 1915.

A Colón de Santa Fe le dicen “Los Sabaleros”, y el apodo tiene que ver directamente con uno de los peces que más prolifera en los ríos que rodean a la capital provincial: el sábalo, que habita los ríos Paraná y Paraguay. El río es el protagonista principal de este apodo; muchos pescadores de Santa Fe obtenían su sustento para sobrevivir gracias a la pesca del sábalo. El término “sabaleros” surge además del lunfardo “sabalaje”, que hace referencia de manera despectiva a un conjunto de individuos de pocos recursos que viven en los suburbios o en el barro, de la misma manera en la que el sábalo puede sobrevivir a la vera del río.

Unión de Santa Fe es conocido como “Los Tatengues”, que era la forma en que se denominaba a la gente de clase alta, de buen vivir, “gente bien” que vivía en la zona céntrica de la ciudad. El apodo viene desde la década del ’20, y tiene que ver con el hecho de que el club fue fundado en el macrocentro de la Ciudad y sus hinchas solían encontrarse entre las clases sociales más acomodadas de entonces.

Banfield es “El Taladro”. A finales de 1938, un grupo de socios de Banfield le propuso al joven empresario Florencio Sola hacerse cargo de la presidencia de la institución. El momento era muy malo: el club ya no tenía equipo de fútbol, casi no tenía socios y estaba al borde de la desaparición. Pese a ello Sola aceptó el desafío, obtuvo la cesión de muchos jugadores que eran suplentes en Primera y montó un equipo de gran calidad con el que en 1939 se consagró campeón de Segunda División y logró el ascenso a Primera. En 1940 el recién ascendido Banfield hizo una sorprendente campaña, venció a River e Independiente y goleó a Atlanta, Tigre, Lanús y Newell’s. Precisamente por estos abultados resultados, el diario “El Pampero”, bautizó al equipo con el apodo de “El Taladro”, por la manera en que “agujereaba'”las porterías contrarias.

El apodo de Lanús es “El Granate”, apodo que se debe al color original de su camiseta (diseñada por Carlos H. Pointis) y su bandera.

Platense es “El Calamar”. El club se fundó en el año 1905, cuando un grupo de amigos del barrio de Recoleta apuesta unos pesos a un caballo llamado Gay Simon, del stud “Platense”. Este caballo gana la carrera y el grupo invierte el dinero ganado en un juego de camisetas, una pelota y un inflador. La camiseta tomaría el color de la camisa del jinete que había ganado la carrera: marrón y blanco. Platense utilizaba para jugar un terreno en las cercanías del río, que cuando llovía o había sudestada se inundaba. Se dice que en esas circunstancias jugaban sus mejores encuentros, por lo que el periodista Antonio Palacio Zino dijo que “los muchachos se movían como calamares en su tinta”, y ese es el origen del apodo.

Argentinos Juniors es conocido como “Los Bichitos Colorados”. Antes llamados “Los Criollos de La Paternal” y más tarde “El Tifón de Boyacá”, luego de una goleada 6-1 ante Argentino de Quilmes. En la década del ’50, el periodista Diego Lucero fue quien inauguró el apodo, luego de un partido contra Boca: “cuando ayer, en la orilla del Riachuelo, cancha del Boca, Mansilla, su centroavanti, reventó la globa contra un madero del arco cuidado por Madeira, pareció que los “bichitos colorados” de La Paternal eran pan comido para los xeneizes”. Esa fue la primera vez que se llamó al equipo de esa manera.

Talleres de Córdoba es “Los Tallarines”, un derivado directo de su nombre. También se los mconoce como “La T” o, en mucho menor medida, “Matadores”, por un viejo record de 66 partidos sin perder en la Liga Cordobesa.

Belgrano de Córdoba es “El Pirata“, apodo con el que fue calificado despectivamente por los hinchas de Racing de Córdoba en 1968 por robarles sus banderas.

Arsenal de Sarandí es uno de los pocos clubes que no tiene un apodo definido, apenas una abreviatura: “El Arse”.

Defensa y Justicia es “El Halcón”. El nombre refiere a que el club fue fundado por abogados, pero creció en el fútbol cuando lo lideró el presidente de la línea 148 de colectivos, llamada “El Halcón”, de donde tomó, además del apodo, los colores de la camiseta.

Godoy Cruz es “El Tomba” o “El Bodeguero”. Ambos apodos tienen una raíz común: Antonio Tomba, el fundador del club, un empresario bodeguero que proveyó de jugadores al club en sus inicios.

Atlético Tucumán es “El Decano”. El club nació en 1902 y fue uno de los primeros clubes sociales que se crearon en todo el norte argentino, de ahí su apodo.

El apodo de su rival, San Martín de Tucumán, “El Ciruja”, tiene que ver con el origen humilde de sus hinchas. A diferencia de los simpatizantes de Atlético Tucumán, quienes eran conocidos en los inicios como los “pitucos”, los de San Martín tenían un status social más bajo y eran llamados “cirujas” o “verduleros” por su proximidad al mercado de Abasto.

Quilmes es “El Cervecero”. Fue fundado 1887, mientras que la cervecería Quilmes fue fundada en 1888 y abierta al público en 1890. De ahí al apodo, un paso.

A Chacarita se lo conoce como “El Funebrero“, debido a que a mayoría de los afiliados del club eran empleados del cementerio de la Chacarita.

El apodo de Atlanta es “Los Bohemios”, y se debe a que el club se mudó varias veces hasta terminar afirmándose en villa Crespo recién en 1922.

A Tigre se lo llama “El Matador”. El origen del apodo se remonta a los comienzos de la década del ´70, cuando Tigre vuelve a utilizar el diseño original de la camiseta azul y roja a rayas verticales mientras estaba muy vigente el equipo de “los matadores” de San Lorenzo. El apodo quedó definitivamente instalado en los equipos del club con la campaña de los campeones de 1979 que lograron el ascenso a Primera División.

A Defensores de Belgrano le dicen “El Dragón” desde 1983; la hinchada buscaba el nombre de un animal que diera miedo, para enfrentar al Tigre de Victoria, que se hacía llamar, como vimos, “El Matador”.

Su clásico rival, Excursionistas, es “Excursio” o “Los Villeros”, en referencia a la antigua villa de emergencia del bajo Belgrano, donde estea su cancha.

Almirante Brown es llamado “La Fragata”, en referencia a la fragata del almirante Guillermo Brown, por su puesto.

A Nueva Chicago lo llaman “El Torito de Mataderos”, prque donde se encuantra actualmente su cancha había, a principios del siglo XX, una carnicería y frigorífico muy importante.

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