Es el caso de Betty Broadbent que nació el 1 de noviembre de 1909 en Filadelfia, lugar en el que conoció a Jack Redcloud y este le presentó a su tatuador, Charlie Wagner, quien le diseñó a Betty sus primeros tatuajes.
Durante mucho tiempo los tatuajes estuvieron reservados exclusivamente a los hombres. Alrededor de 1927, Betty tenía más de 350 diseños tatuados en su cuerpo. La mayoría de sus tatuajes fueron diseñados y aplicados por importantes artistas del tatuaje como Charlie Wagner, Joe Van Hart, Tony Rhineager y Roja Gibbons.
Los tatuajes no cuadraban en la concepción de lo femenino de la época. De hecho, era bastante raro que hubiera tatuajes en los hombres, a menos que fueran marineros o maleantes. Más extraño entonces era encontrar tantos tatuajes concentrados en una sola persona, sobre todo si el cuerpo tatuado era un cuerpo femenino como el de Betty.
Broadbent fue una de las primeras mujeres en tatuarse el cuerpo entero, y también uno de las primeras en ser tatuada por la “nueva” máquina de tatuaje eléctrica.
Una vez que consiguió tatuarse todo su cuerpo, comenzó una carrera ilustre en el circo Ringling Bros. Barnum y Bailey donde ganó mucho dinero por sus tatuajes y con ellos recorrió el mundo. Con el tiempo, Betty se convirtió en un artista del tatuaje y trabajó en ello hasta que se jubilara en 1967.
Murió en 1983 después de haber sido la primera persona incluída en el Salón de la Fama del Tattoo en 1981.