Alberto Williams es reconocido como uno de los músicos americanos más notables. Nació en Buenos Aires el 23 de noviembre de 1862, en el seno de una familia con orientación musical. Desde pequeño se orientó al arte y se convirtió en un notable pianista, compositor y educador. Estudió en París y regresó a la Argentina en 1882.
Escribió numerosas obras para piano y para orquesta. Su contribución a la música pasó por sus textos de naturaleza crítica, ensayística y didáctica: “Teoría de la música”, “Antología de compositores argentinos” y “Pensamientos sobre la música”, y por composiciones tales como: “El atajacaminos”, “El rancho abandonado”, “Aires de la pampa”, “Suites argentinas y la sinfonía La bruja de las montañas”.
Dirigió a lo largo de varias décadas el Conservatorio de Música de Buenos Aires, por él fundado. Fue miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes y también vicepresidente de la Comisión Nacional de Cultura. Tuvo numeroso discípulos que se destacaron en su actuar.
Sus notables cualidades artísticas son reconocidas en varias publicaciones y sitios web, pero es poco conocido el apasionamiento de este intelectual inquieto por las cosas del cielo, que puede encasillarlo en un típico aficionado a la astronomía de la época. El gusto por esta ciencia se vio reflejado en su prosa al componer piezas musicales como “Estrellas dobles” o “Titilar de estrellas”.
Su nieto, Pablo Williams, en la charla “Williams y el Cometa” ofrecida en el marco del 19vno Congreso Prociencia de 2012 en la ciudad de Chivilcoy, Buenos Aires, rompió el olvido en que estos hechos habían caído. En esa ocasión mostró y ofreció los cuadernos de apuntes de observaciones del cielo del gran músico.
Las anotaciones corresponden a lo realizado en mayo de 1910, en oportunidad del retorno del también famoso cometa Halley. De éstas, se desprende que Williams disponía de un telescopio refractor de 108 mm – 4 pulgadas – de diámetro de objetivo de Bardou & son, fabricado en París.
Con este instrumento realizó periódicas observaciones del Halley solo interrumpidas por las nubes y ocupaciones impostergables, tal como anota el día 12 de mayo de 1910:
Alberto publica en 1938 “La música del Himno Nacional Argentino”
A lo largo de las noches describe la posición y características de cometa y en particular su cola. Prestó especialmente esperado del paso de la Tierra por la cola del cometa, el 19 de mayo, anota:
Luego señala con humor:
Exploro los alrededores del sol, sin apercibir nada. ¿Ha pasado la Tierra por la temible cola del cometa de Halley, o no? “That is the question”. La salud no ha sufrido nada, solo un ligero resfrío, y un poco irritada la garganta
No se limitó a la mera observación, estuvo al tanto de las noticias sobre el cometa, naturalmente incluyendo la emitida por el Observatorio Nacional Argentino:
Cometa de Halley. La extensión de la cola es enorme, mucho mayor que en las observaciones precedentes. Perrine, del Observatorio de Córdoba, la calcula en 40 millones de kilómetros. No veo la forma del núcleo. A simple vista, el cometa aparece a la izquierda de Venus (norte); la cola traza una ligera curva hacia la izquierda también (lado opuesto de Venus), y ocupa un espacio mayor que la distancia aparente entre Venus y el cometa. En el observatorio de Córdoba, se ha constatado en la cola del cometa la presencia de gas nitrógeno (ázoe) y del carbono. El nitrógeno o ázoe, forma las 74,2 partes del aire atmosférico, siendo 20,8 las del oxígeno: Aire: oxígeno 20,8 % Ázoe 19,2 %. El nitrógeno no es venenoso pero no es tampoco respirable. En la familia del carbono, se encuentra el cianógeno, compuesto insoluble, gas incoloro, de un color particular, fuerte y penetrante, que irrita las mucosas y provoca lagrimeo. Es combustible y se quema al contacto del aire o del oxígeno con una bella llama azul purpurada. (Datos de Schutzenberger. El.de chimie).
Fue un entusiasta y detallista observador, el 7 de mayo le llama la atención algo que ve con Venus:
Por la tarde comenta este hecho a Manuel Lainez, y por la noche en el Jockey Club a Jorge Drago, pero se lamenta que no acordaron con su hipótesis. Reconoce de todos modos que debería ser confirmado por profesionales. A la noche del 8 reiteró la observación. Unos días más tarde especula acertadamente sobre la posible fuente de la luminosidad que le llamó la atención:
Dado que no se registran referencias sobre este fenómeno y por la descripción, parece haber sido provocado por la citada aberración cromática – típica en este tipo de instrumento – y una tenue neblina, que es menciona repetidamente en las notas a lo largo del mes, como “neblina láctea“.
También observa durante el día al Sol, empleando un filtro oscuro, haciendo referencia a las manchas que aparecían y se movían atravesando su disco.
La observación sostenida por las noches y durante el día, muestra una notable dedicación y un interés por todo lo concerniente al cielo.
Los autores hacen votos por una pronta publicación de los trabajos completos de este singular personaje, gran músico y notable aficionado a la astronomía.
Alberto Williams, falleció en su ciudad natal el 15 de junio de 1952.
Agradecimiento: la inclusión de las imágenes y las citas del diario astronómico de Alberto Williams, fue posible gracias a Pablo Williams, quien facilitó la transcripción del mismo. Los autores desean expresar su reconocimiento y agradecimiento.
TEXTO PUBLICADO ORIGINALMENTE EN https://historiadelaastronomia.wordpress.com/astronomos-argentinos/williams/