En 1842 el matemático y astrónomo inglés Sir John Herschel inventaba la cianotipia. Se trataba de una técnica barata y sencilla que mediante un procedimiento monocromo daba como resultado una copia con un característico color prusia o cian.
No sería el inglés quién popularizase esta técnica, sino Anna Atkins (1799-1871) una botánica inglesa para la que la cianotipia supuso la forma de representar con veracidad las plantas objeto de su estudio. Así, la discípula de Herschel publicaría dos herbolarios entre 1843-1853 y 1854: Photographs of British Algae: Cyanotype Impressions, considerado el primer libro fotográfico de la historia.
La cianotipia, como muchos de los procesos fotográficos que surgieron en el siglo XIX, tuvo un éxito muy limitado. Si bien es cierto, esta fue usada también para reproducir dibujos de arquitectura e ingeniería.
Como sucede en tantos casos Atkins fue olvidada por la Historia. No lo fue en cambio William Henry Fox Talbot y su libro The pencil of nature, posterior al de la inglesa, sigue apareciendo en numerosos manuales como el primer libro fotográfico de la Historia.