Andrea Bacle, la primera artista profesional de Argentina

Andrea Macaire de Bacle, nació en Ginebra el 15 de agosto 1796 como Adrianne Pauline Macaire. En su juventud fue alumna de Henriette Rath, pintora de retratos y esmaltes. En 1816 contrajo matrimonio con el litógrafo César Hipólito Bacle.

El matrimonio, con hijos, arribó a Buenos Aires posiblemente hacia 1828. Sobre este dato la información no es específica, pero es posible que hayan viajado en una corbeta de guerra francesa que llegó el 21 de septiembre de ese año, como indica la correspondencia que mantenía el conde de Gestas con Mariquita Sánchez de Thompson. En la misma, el conde le comenta que fueron compañeros de viaje de Mendeville (su esposo) y que Madame Andrea Bacle de Saint Loup era una dama educada y amable, “de conducta admirable”. En el mismo año fundan el establecimiento Bacle & Cía en sociedad con Arthur Onslow, el cual se convierte en la primera imprenta litográfica de su clase establecida en el Río de la Plata.

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Hacia 1829, por un decreto del gobernador Viamonte, se declara a Bacle y Cía “Impresores litográficos del Estado”, otorgándosele así a la firma una gran importancia y legitimación. Ese mismo año la firma proyecta realizar los Fastos de la República Argentina, una serie de retratos de hombres ilustres del Río de la Plata, pero el mismo no llega a concretarse. Sí se realizan retratos litografiados sueltos, entre los cuales encontramos obras de Andrea: Rivadavia, Alvear, Paz, Dorrego, Guido, Saavedra, Vicente López, Figueredo, Agrelo, Pedriel, Cavia y Arenales y también realizó en el mismo período los del príncipe Pontignac y el papa Pío VIII.

En 1830 publican la Colección General de Marcas de Ganado en la Provincia de Buenos Aires, la cual consta de diez cuadernos con al menos diez mil marcas litografiadas, y un mapa de la Provincia. También comienzan a trabajar en la colección Trajes y Costumbres de la Provincia de Buenos Aires (varias de cuyas ilustraciones son de Andrea) y fundan el Boletín de Comercio, con informaciones marítimas y comerciales, que se edita entre septiembre de ese año y febrero de 1832.

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A partir del año 1831, Andrea se desempeñó como directora del Ateneo Argentino, escuela para niñas a la que concurrían las pertenecientes a las mejores familias de Buenos Aires. Allí se impartía la enseñanza del inglés, francés, italiano, geografía, dibujo, música, bordado, costura y caligrafía. También se dedicó a dar clases de dibujo de manera privada con Arthur Onslow.

En 1832 Rosas dicta un decreto por el cual los editores de periódicos de origen extranjero deben renunciar a su nacionalidad o nacionalizarse argentinos. Bacle no acepta esto y por eso parte con su familia a Santa Catalina (Brasil), donde permanecieron por el plazo de diez meses.

Hacia 1833 regresan a Buenos Aires, retoman la imprenta y continúan editando la serie de Trajes y costumbres, cuya última entrega se publica en 1835. En este período la artista litografía dos retratos, uno de Gregorio Paz, comandante de Salta, y el del coronel Olazábal, sobre dibujo de Pellegrini. También en 1835 Bacle funda la Imprenta del Comercio y pone al frente a su hijo Augusto. En esa misma época Bacle y Cía. edita el Diario de anuncios y publicaciones oficiales de Buenos Aires, el cual se convierte en el primer periódico ilustrado.

Al regresar de un viaje de negocios a Chile, César fue detenido por orden de Juan Manuel de Rosas acusado de connivencia con la oposición interna y con los enemigos del país en marzo de 1837.

Tras la liberación de su marido a fines de ese año y su muerte el 4 de enero del siguiente, Andrea quedó sin recurso alguno y se embarcó con sus hijos para regresar a su tierra el 2 de marzo de 1838. Allí continuó desempeñando su oficio hasta su muerte, ocurrida el 22 de octubre de 1855. Algunos afirman que el apresamiento de Cesar fue una de las causas de bloqueo anglo-francés en el Río de la Plata.

La figura de Andrea Macaire de Bacle tiene un valor propio dentro del arte argentino ya que fue la primera mujer artista que se desempeñó en un medio masculino para la época, como lo fue la litografía, desarrollando parte de la primera iconografía patriótica de difusión masiva, y reflejando las costumbre y oficios de la ciudad. Su obra, poco estudiada, tiene valor no sólo en un nivel estético, sino también documental, y su acción como parte importante de Bacle & Cía, así como su interés por la formación y la educación, son cualidades que le otorgan una relevancia fundamental para su estudio en profundidad, por formar parte de los comienzos del desarrollo del arte en Buenos Aires.

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