Tasmania es una isla situada al sureste de Australia, de la cual está separada por el estrecho de Bass. Pero ¿de dónde viene su nombre? Pues la isla de Tasmania se llama así por su descubridor, el navegante, marino, explorador y comerciante holandés Abel Janszoon Tasman. Nacido hacia el año 1602, Tasman, al servicio de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, se convirtió en el primer europeo en llegar a la isla, a la que bautizó como la Tierra de van Diemen en honor a quien entonces era gobernador general de la Compañía. Su exploración le permitió asimismo confirmar que Australia era un continente.
Un explorador desconocido
En aquella época, los hijos de las familias más humildes carecían de educación, y aunque sabemos muy poco de la infancia de Janszoon, sí es notorio que sabía leer y escribir cuando empezó a trabajar como marino. Existen algunos datos sobre su vida antes de que iniciara sus viajes como explorador a partir de la década de 1630: se casó con Claesgie Heyndrix, con quien tuvo a su única hija, llamada Claesjen Tasman (tampoco sabemos mucho sobre su aspecto físico, pero existen dos retratos supuestamente suyos que pueden verse hoy en día en la Royal Commonwealth Society de Londres y en la Biblioteca Nacional de Australia, en Canberra). Al enviudar de su primera esposa, Tasman se casó poco después con Jannetjie Tjaers. Años más tarde, Tasman se dedicó al rentable comercio de las especias y realizó numerosos viajes a las conocidas como islas de las Especias (las actuales Molucas, en Indonesia), donde se familiarizó con la miríada de islas que conformaban las Indias Orientales.
En la primavera de 1638, Tasman firmó un contrato de diez años con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y se trasladó con su familia a Batavia, por entonces la capital mundial del comercio de especias (la actual Jakarta, en la isla de Java). Bajo el mando del comandante Mathijs Hendrickszoon Quast, Tasman se embarcó en una expedición encargada de descubrir las legendarias islas “de oro y plata”, que se creía que se encontraban en los mares del Japón. Aunque no hallaron tan deseadas islas, los expedicionarios pusieron rumbo a Japón, Formosa (Taiwán), Camboya y Sumatra para establecer nuevos contactos comerciales. A su regreso, Tasman fue elegido por el gobernador Anthony van Diemen para comandar una nueva expedición compuesta por dos navíos, el Heemskerck y el Zeehaen, con el objetivo de explorar el hemisferio sur.
Con las manos vacías
El 1 de agosto de 1642, Tasman partió hacia las inexploradas tierras del sur. Para saber si aquellos territorios eran aprovechables comercialmente o si tan solo constituían un paso marítimo en dirección a Chile, contó con la colaboración del hidrógrafo Franz Jacobszoon Visscher. El 14 de agosto hicieron escala en la isla Mauricio, donde permanecieron durante un mes reparando los barcos y aprovisionándose de agua y alimentos. Reanudaron el viaje en dirección sur, pero el frío los obligó a dar marcha atrás hasta que divisaron las montañas del sur de Tasmania el 24 de noviembre. Bordearon la isla, y aunque no vieron a nadie, encontraron claras evidencias de presencia humana.
El 14 de agosto hicieron escala en la isla Mauricio, donde permanecieron durante un mes reparando los barcos y aprovisionándose de agua y alimentos.
El 13 de diciembre de 1642, Tasman divisó la actual Nueva Zelanda, a la que bautizó con el nombre de Staten Landt. La expedición de Tasman fue la primera en contactar con los maoríes, los indígenas de aquellas tierras. Pero su presencia no fue bien recibida y en el encuentro murieron cuatro miembros de la tripulación. De nuevo en mar abierto, los expedicionarios pusieron rumbo hacia el norte y desembarcaron en la actual Tonga, en la Polinesia. Allí, los europeos fueron recibidos calurosamente por los nativos, motivo por el cual los exploradores bautizaron aquel grupo de islas como islas Amigas. Tasman también se convirtió en el primer europeo en pisar Fiji. A su regreso el 15 de junio de 1643, y aunque había circunnavegado Australia sin saberlo, se consideró que el viaje había sido un fracaso porque si bien se descubrieron nuevas tierras estas no tenían ningún interés comercial para la Compañía de las Indias.
Condecorado a pesar del fracaso
A pesar del descontento de la Compañía con los resultados de las exploraciones de Tasman, esta volvió a enviar al navegante holandés en una nueva misión que tenía como objetivo encontrar un paso marítimo hasta Chile. Esta nueva expedición estaba compuesta por tres barcos: el Limmen, el Zeemeeuw y el Bracq. Aunque Tasman recibió instrucciones muy concretas de navegar primero hacia el este en dirección a la actual Papúa Nueva Guinea, el navegante puso rumbo al sur de Nueva Guinea para navegar a lo largo de la costa norte de Australia. Durante la travesía, Tasman trazó un meticuloso mapa de las costas y exploró el golfo de Carpentaria, al norte de Australia. Pero Tasman no navegó lo suficientemente hacia el este para alcanzar el estrecho de Torres, el paso marítimo que lo hubiese llevado a Chile y que la Compañía Holandesa de las Indias Orientales tanto anhelaba. Creyendo que era imposible encontrar dicho paso, Tasman puso de nuevo rumbo hacía Batavia donde informó a la Compañía del fracaso de la misión.
Con todo, Tasman fue ascendido a comandante y nombrado miembro del Consejo de Justicia. Poco después, emprendió otra expedición con el mismo resultado que la anterior. En 1646, Tasman fue enviado en misión comercial a Sumatra y a Siam, la actual Tailandia, y en 1648 dirigió una flota de ocho barcos en una fracasada acción punitiva contra navíos españoles. A su regreso fue acusado de extralimitarse con dos de sus tripulantes. Se dijo que el 28 de agosto intentó ahorcarlos, furioso porque desobedecieron su orden de no desembarcar en las islas Babuyan, en el archipiélago de las Filipinas, y que además se encontraba bajo los efectos del alcohol. Aunque Tasman negó las acusaciones, fue declarado culpable por el Consejo de Justicia de Batavia, y el 23 de noviembre de 1649 fue suspendido de salario y obligado a pagar una indemnización a uno de los marineros.
En enero de 1651, Tasman se reincorporó de nuevo a su antiguo cargo, pero al poco tiempo se retiró del servicio activo y se dedicó el resto de su vida al comercio en Batavia, donde murió el 10 de octubre de 1659 siendo dueño de una considerable fortuna y capitán de un pequeño carguero del cual era copropietario.