El escándalo de la Consagración de la Primavera

Algunos o muchos de vosotros conoceréis «La Consagración de la Primavera«, una de las más importantes obras musicales de Igor Stravinski. Sin embargo, no todos sabréis de su escandaloso estreno en el Teatro de los Campos Elíseos en París.

Aquel 29 de mayo del año 1913, su estreno supuso un verdadero escándalo en el que incluso se llegaron a provocar algunas peleas en las que se hubo de intervenir, tras el segundo acto, para contener al público que mostraba su descontento por la trama de tan revolucionaria obra.

Sin embargo, y hasta aquel día, el jóven compositor ruso de 28 años, Stravinski, era uno de los compositores más aclamados por la sociedad parisina de principios de siglo. Exiliado de Rusia en el año 1910, ya había asistido en la capital francesa a los estrenos de sus dos obras anteriores para el Ballet Ruso: «El pájaro de fuego» y «Petrushka«. Dos éxitos que lo convirtieron en un afamado compositor en los que demostró un estilo muy cercano a la bitonalidad de las obras de Tsaikovski, otro de los grandes ídolos parisinos. Nada hacía presagiar, pues, el desarraigo y el moderno enfoque que habría de aplicar a aquella tercera obra.

Aquel día el Teatro de los Campos Elíseos se llenó, confiado en que asistirían a un espectáculo de similar categoría a los dos anteriores. Sin embargo, aquella obra que llevaba por título «La Consagración de la Primavera«, había sido encargada por Sergei Diaghilev, empresario encargado del Ballet Ruso, quien era conocido por sus extravagancias y sus extrañas producciones. Su bailarín, Nijinski, que también alcanzara gran fama en los teatros parisinos, solía mostras obras donde los saltos ycabriolas llevaban al bailarín hasta un ritmo incansable.

La partitura que encargara a Stravinki y la coreografía correspondiente de Vaslav Nijinski llegó a ser tan compleja que se llegaron a practicar cien ensayos, e incluso hubo de aplazarse el estreno durante casi un año. Y cuando al fin el estreno se produjo aquel 29 de mayo de 1913, nadie en París estaba preparado para semejante impacto visual y auditivo.

Hasta los oídos de los asistentes llegó una música discordante y una historia no menos extraña e incluso salvaje en la que unos campesinos paganos de la Rusia antigua raptaban y llegaban a sacrificar a una débil doncella para celebrar la llegada de la primavera. Ésta era obligada a bailar sin parar hasta morir con el fin de obtener el favor de los dioses para la nueva estación.

La obra rompía totalmente con la línea habitual armónica y timbral de todas las obras anteriores estrenadas en París. Además, la historia provocó la indignación de los presentes que poco a poco comenzaron a abuchear a los actuantes. Los gritos y los silbidos fueron en aumento y a partir del segundo acto derivaron en bronca completa que anuló la música y que obligó a Stravinski a marcharse del teatro.

Curiosamente, apenas un año después, la obra volvió a presentarse, y entonces sí, fue al fin aplaudida como bien se merecía.

La historia le dio la razón a Stravinski, convirtiendo a «La consagración de la Primavera» en una de las obras iniciales de la música clásica del siglo XX, y una de las principales que rompieron la música barroca anterior a ella.

UN POCO DE TURISMO EN EL TEATRO DE LOS CAMPOS ELISEOS

Construido en estilo art decó y clásico por Auguste Perret y Antoine Bourdelle, el teatro de los Campos Elíseos fue inaugurado en el año 1913 en la Avenida Montaigne, cerca de la famosa avenida parisina. Este teatro es, precisamente, la sede de la actual Orquesta Nacional de Francia, y es uno de los escenarios más típicos para oir música clásica en París.

Renovado en 1985 y reabierto en el 87, el edificio, además, fue uno de los primeros edificios contemporáneos parisienses en recibir la catalogación, en el año 1953, de Monumento Nacional.

Hoy día, acoge más de 300.000 espectadores cada año y en él suelen tocar las más célebres Orquestas Filarmónicas del mundo.

En las cercanías se encuentran algunos de los principales puntos de interés de la ciudad, además de restaurantes, casinos e incluso algún que otro lugar donde poder echar una partida de party póker si es necesario. La torre Eiffel, un crucero por el Sena o el Arco del Triunfo… los Campos Elíseos son, sin duda, el lugar más simbólico de la ciudad como un día lo fuera su teatro.

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Texto extraído del sitio: https://tourhistoria.com/2010/10/11/la-consagracion-de-la-primavera-y-su-escandaloso-estreno-en-paris/

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