Actitudes del General San Martín

“Si no se escribieran cartas íntimas, no habría historia auténtica.“.

Lucio V. Mansilla

José de San Martín, debido a su fama, redactó infinitas cartas con incontables personas; Por su condición de Libertador, mucho decidieron guardar sus escritos para preservarlas. Décadas luego, fueron publicadas en considerables libros dándose a conocer varias actitudes de él que revelan su personalidad.

Se dice que leía mucho pero la verdad, es que todos (en aquellos tiempos) leían mucho aunque San Martín era de mantener pensamientos obsesivos con profundas reflexiones, con capacidad de analizar mucho y bastante los hechos. Se puede decir que tenía Ansiedad con carácter melancólico, pues solía mantener tener pensamientos excesivos en donde creaba situaciones diversas que podían ocurrir, como todo General debía estar preparado.

San Martín se radicó en España junto a su familia desde 1784 hasta 1812 cuando tenia 28 años de edad, por ello sus costumbres eran muy españolas. Considerando a la nación como su segundo hogar y aprendió hablar otros idiomas fluidamente como el francés e inglés y no tanto el italiano ya que estuvo poco tiempo, por entonces era un reino influenciado por Francia.  

Le gustaba mucho tomar café y no le gustaba el mate, se cuenta que -al querer entablar conversación con un soldado- decide poner café dentro del recipiente y chupar de la bombilla. Causando asombros y risas en los demás compañeros, demostrando que el General era un soldado más… es decir, se adaptaba fácilmente a la situación con el entorno.

Su comida predilecta era el asado y el buen vino, usaba los cubiertos aunque casi siempre comía con el cuchillo… cortaba y clavaba el cuchillo en la carne para llevárselo a su boca. También tomaba mucho caldo de sopa, llevando consigo una cuchara. No sólo controlaba la formación y el uso de ropa ya que también inspeccionaba la comida que iban a ingerir sus soldados. Una costumbre que tenía todos los generales, cuando no podía por sus obligaciones… mandaba a otro.

Había aprendido tocar la guitarra en España con el compositor Fernando Sors quien solía clases y otras de canto pero al llegar a América debió cambiar el instrumento musical por una espada. A pesar de que el joven ya formaba parte de los ejércitos de España. Estando en el virreinato, rara vez se lo vio tocar la guitarra por breves momentos. Y, como todo Jefe, enseñaba a usar la espada cuando se le presentaba la oportunidad.

En sus momentos de descanso, fumaba tabaco negro ya que siempre llevaba un tabaquero en donde los preparaba él mismo; Aunque esta costumbre lo tenían todos, incluyendo a Belgrano. San Martín tenía uno para sus misiones y otras bellamente adornaba para otro tipo de eventos sociales de las cuales usaba poco.

Cuando se le mostraba una botella de vino, se le servía y éste podía reconocer su procedencia con facilidad; Obviamente la etiqueta lo delataba pero podía diferenciar los diferentes sabores sin mirar.

Aprendió a jugar el ajedrez muy bien, era su juego favorito y visualizaba los movimientos como si se tratara de un juego de tácticas para su ejército. Por entonces, ya se sabía que Napoleón Bonaparte le gustaba el ajedrez y tenía el mismo modo de ver el juego como parte de la táctica militar. Si estas dos personas se hubieran conocido y jugado al ajedrez, probablemente Napoleón hubiera ganado aunque San Martín seguramente lo habría preocupado mucho, dándole un juego difícil.

En sus travesías para las batallas, no disponían de una persona que cosiera las ropas o arreglara las botas, por ello San Martín y demás personas remendaban sus ropas cosiendo los botones flojos o rasgaduras de las vestimentas o arreglaban sus propias botas ya desgastadas; No podían tener otros pares ya que hubiera sido otra carga más para sus caminatas.

Tenía su propia litera para dormir, de la cual se sacaba de un baúl especial y se desplegaba. Y como los demás, tampoco se quitaba las botas para ahorrar tiempo. San Martín siempre estaba planeando sus movimientos en los papeles y charlas, quedándose hasta muy tarde cuando la mayoría de los soldados ya dormían. Tenía la mala costumbre de dormir poco, a cualquier hora… una siesta corta le tranquilizaba la mente (pero no los ojos) para luego volver a sus obligaciones.

Persona predispuesta a la causa independentista. En sus cartas, trataba a todos de Amigo, Muy Amigo, Apreciable amigo y así… A punto tal que muchos se sentían apreciados por él aunque no lo hubieran conocido en persona o sólo lo habían visto una vez, ya que también recibía a muchas personas que generalmente formaban en grupo y esperaban su turno. Al conocerlo, le daban su enorme respeto y podían estar con el una o dos horas como máximo. Denotando la sencillez y humildad del Libertador con los demás. Siempre busco el modo de contribuir en algo (persona con ideales y valores altos), no buscaba cargos honorarios o pagos ya que realmente quería ser útil como persona.

En su carrera militar se dedicó al estudio de las matemáticas y dibujo, conservándose de él dos marinas a la aguada. Realizó dibujos sencillos en acuarelas. En unas de sus cartas (1813) redactadas a su amigo Tomás Guido, aquel que estuvo presente en la muerte de Mariano Moreno en alta mar, comentó que si faltara empleo en el ejército, bien podía ganarse la vida pintando acuarelas y paisajes de abanico como parte de su vocación.

En sus años del exilio europeo, San Martín ya se hallaba retirado de la vida militar; Dedicándose por breves años a la carpintería, arreglar cosas y jardinería; Le dedicó mucho tiempo a la lectura y se paseaba (junto a su hija Mercedes) por las calles y plazas de Francia, asistiendo conciertos.

Inclinado a la lectura, tuvo muchos libros en sus estantes pero aquello no era algo notorio ya que todos tenían sus propias bibliotecas; Sin embargo gracias a su destacada posición al resto, supo tener algunos buenos libros. San Martín siempre le gustó aprender y saber, estar al tanto de las situaciones y del conocimiento. No es extraño entender que él recibía a muchas personas mientras tuvo una vida militar y luego civil, su hija le leída los periódicos y cartas debido a su corta ceguera (no era completamente ciego). Ciertamente, al estar evocado a la causa libertadora, lo alejó de su familia… Fue un padre ausente, a pesar de ello (tras su retiro) remendó su cariño con sus hijos y nietas.

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Web del autor:  https://federicogbordese.wordpress.com/

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