LAS MASCOTAS DEL REGIMIENTO Y EL PINGÜINO DEL GENERAL

Desde tiempos inmemorables los regimientos suelen tener una mascota, un animalito que puede convertirse en emblema del grupo, del espirit de corp que une a los guerreros. Las más de las veces fueron perros y gatos, pero algunos adoptaron animales más exóticos que no parecen condecir con el espíritu beligerante del grupo. Vamos a repasar algunas curiosidades de esta costumbre bien arraigada en algunos cuerpos de elite o que cumplieron funciones en distintas contiendas .

No resulta muy extraño que un regimiento australiano haya llevado  un canguro como mascota durante la Primera Guerra Mundial ,pero si es más extraño que el  regimiento de coraceros con asiento en Viña del Mar (Chile) haya tenido un cóndor que se dejaba tocar…

Un regimiento norteamericano durante la guerra civil tuvo un águila aulladora americana, animal que años más tarde se convirtió en símbolo de los regimientos aerotransportados durante la Segunda Guerra Mundial.

Los Marines tradicionalmente optaron por un bulldog. Uno de ellos, llamado Stubby, capturó a un espía alemán y por esta razón fue ascendido a sargento. También tuvieron un burro como mascota que, recordemos, es el símbolo de los demócratas en EEUU.

Sargento Stubby

Cuentan que la Legión Extranjera Española tenía mascotas típicas de los países donde se habían instalado. Al principio eligieron monos del norte de África, pero al final optaron por los loros, instruidos en decir palabrotas e improperios.

 Los húsares reales de Gran Bretaña tenían un poni al igual que los paracaidistas.

El Royal Regiment of Wales tiene, desde 1775, tiene como mascota a  un carnero al que han llamado William Winsor  en honor de la familia real. Obviamente que cuando pasan a mejor vida ( si es que existe una vida mejor la de una mascota regimental) son reemplazados por otros ejemplares al que le dan el mismo nombre. Al último William Windsor que desfilaba periódicamente ante la realeza fue  degradado en el 2006 por conducirse  inapropiadamente durante el cumpleaños de la reina ( desconozco cuál fue la inconducta ) pero aun así, a pesar de su degradación continuó participando de los desfiles. El regimiento Mercian también tiene un carnero.

Los canadienses llevaron lobos y castores como mascotas durante las contiendas mundiales.

Argentina no podía ser ajena a esta tradición y durante la guerra de Malvinas el Regimiento de Infantería Mecanizada n°8 adoptó a un pastor alemán llamado Mortero que, al igual que los soldados argentinos, cayó prisionero de los ingleses. Cuentan que al subir al HMS Norland, Mortero ornó la alfombra de la nave gesto tomado como una venganza del can contra sus captores…

Mortero en Malvinas

Fofo, el perro de la familia real tailandesa, logró un alto cargo en la fuerza aérea de ese país  sin que supiese nada de aviación. A su muerte, en su país le dedicaron cuatro días de luto siguiendo el rito budista.

Una de las mascotas más recordadas de la Segunda Guerra fue un osezno oriundo de Irak, adoptado por los soldados polacos integrados al ejército británico. Lo llamaron Wojtek y lo criaron con un improvisado biberón hecho con una botella de vodka. El animalito creció y aprendió a cargar proyectiles y hasta a desfilar en dos patas.

Cuando los polacos fueron embarcado hacia Italia, se tropezaron con la disposición que prohibía subir mascota a bordo de las naves inglesas. Para sortear este contratiempo, Wojtek fue alistado como soldado raso a la 22.ª compañía de suministros de artillería, con paga y uniforme. Durante la batalla de Montecasino asistió a transportar cajas de municiones con tal coraje y ahínco que fue ascendido a cabo.

Wojtek recibía un salario, raciones alimenticias y grados militares, y alcanzó el estatuto oficial necesario para poder montar a bordo del barco que lo llevó con los soldados de la 22.ª compañía de Egipto a Italia.

Cuando el Regimiento fue disuelto en 1947, Wojtek fue acogido en el zoológico de Edimburgo donde, cada tanto, sus ex compañeros iban a saludarlo. El oso pardo falleció en 1963 y se hizo una colecta para hacerlo un monumento en la montaña de Wojciech Narębski en Polonia ,su país de adopción que nunca conoció..

Sin embargo el único que llegó a brigadier del ejército noruego es un pingüino,  también nombrado caballero por lo que se refieren a él como Sir Nils Olav.

La historia comienza en 1941 cuando el magnate noruego Christian Salvesen le entregó un pingüino emperadora al zoológico de Edimburgo. Cuando en  1961 la guardia real noruega asistió al desfile militar que se lleva a cabo en el castillo de Edimburgo, un teniente llamado Nils Egelien se interesó en la colonia de pingüinos e hizo los arreglos para que el regimiento adoptase al pingüino bajo el nombre de Nils Olav en honor al rey Olav de Noruega. Si bien comenzó como soldado raso, las sucesivas generaciones de pingüinos Olav, en las distintas visitas del regimiento han Sido ascendidas hasta llegar a  brigadier, título concedido en el 2016. Ya en 2008 ,el Rey Harald l lo había nombrado caballero.

En el momento del desfile se puede  ver a Nils Olav III (es efectivamente el tercero en llevar ese nombre) desplazándose dignamente como entendiendo la importancia del su alta jerarquía.

Brigadier Sir Nils Olav

Estas son solo algunas curiosas historias de los animales que, desde el origen de la humanidad han acompañado al hombre, en este caso en su actividad militar, mereciendo honores y condecoraciones aunque, las más de las veces, al igual que sus amos murieron en cumplimiento del deber sin un adiós, un reconocimiento o una tumba digna que los recuerde .

 

Ultimos Artículos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

TE PUEDE INTERESAR

    SUSCRIBITE AL
    NEWSLETTER