Era el año 1917 y Washington le había declarado la guerra a Alemania, en lo que fue su implicación formal en la Primera Guerra Mundial.
Como una estrategia para atraer la atención de futuros soldados, el ilustrador James Montgomery Flagg tuvo la tarea de crear un afiche que fuese lo suficientemente efectivo en su mensaje.
Así fue como dibujó a un hombre canoso, con una larga chiva y el ceño fruncido que apuntaba con el dedo.
“Te quiero ‘a ti’ en el ejército de Estados Unidos“, era el lema del póster que pretendía fomentar el patriotismo entre los ciudadanos en una época de guerra.
La figura del hombre que llevaba puesto un sombrero de copa con estrellas le daba forma al “Tío Sam”, la personificación nacional de Estados Unidos desde 1812.
Del letrero se distribuyeron alrededor de cuatro millones de copias en el país entre 1917 y 1918, según recuenta la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en su página web.
Además, una versión del afiche volvió a utilizarse durante la Segunda Guerra Mundial, que tuvo lugar entre 1939 y 1945.
En los años siguientes, ha sido adaptado con otros mensajes, lo han usado como elemento de protesta contra Estados Unidos y hasta puede vérsele en diferentes memes en internet.
Pero, ¿cuál es la historia detrás del famoso póster?
Tío Sam
Aunque el cartel apareció en 1917, el dibujo que había hecho Flagg del Tío Sam se publicó originalmente en julio de 1916 en la portada de la publicación Leslie’s Weekly, acompañado de la frase “¿Qué estás haciendo tú para prepararte?”.
Antes de esta representación gráfica, considerada como la versión moderna del Tío Sam, el ilustrador Thomas Nast había creado a un personaje en 1869 que buscaba reflejar la emoción patriótica estadounidense.
Hay diferentes teorías sobre el origen del Tío Sam, pero la versión oficial del gobierno de EE.UU. habla de un carnicero llamado Samuel Wilson que entregaba el alimento envasado en barriles a los soldados desde la ciudad de Troy (Nueva York) durante la guerra anglo-estadounidense de 1812.
Wilson recibía el apodo de “Uncle Sam” (Tío Sam, en español) y solía marcar los barriles con sus iniciales, “US”, que se confundieron con las siglas de “United States”.
“Las dos ideas se fusionaron y el Tío Sam terminó siendo un símbolo del país“, señaló un documento del Museo Nacional de Historia Estadounidense.
Para crear el icónico afiche, Flagg alteró la versión conocida del Tío Sam y modeló a un hombre de apariencia más “severa y musculosa”, describió en sus archivos la Universidad Washington en San Luis (Misuri).
Un aspecto que le daba “un aire de dignidad”, según señaló un artículo de 1937 publicado por el diario The Washington Post.
Mientras le mostraba una copia del cartel, Flagg le confesó al entonces presidente Franklin Delano Roosevelt que, para ahorrar dinero, había sido su propio modelo en el momento en que dibujó al nuevo Tío Sam.
El mandatario lo felicitó por su “ingenio para ahorrarse contratar a un modelo”, relató la Biblioteca del Congreso de EE.UU. en su portal web.
Inspiración foránea
La idea de que el Tío Sam señalara con el dedo y pronunciara el contundente mensaje no fue original de Flagg.
De hecho, se inspiró en un afiche británico que ya existía.
En 1914, apareció un cartel de reclutamiento —cuya distribución fue más limitada que la del afiche del Tío Sam— que mostraba al secretario de Estado de Guerra británico Herbert Kitchener.
La imagen propagandística pretendía también atraer más soldados a la fuerza militar británica.
De ahí en adelante, el arte gráfico fue copiado, además de en Estados Unidos, en campañas de reclutamiento en India, Canadá y Alemania.
“Flagg borró el mensaje, tomó prestada la pose de Kitchener y la sustituyó con su propia cara”, escribió Christopher Capozzola, autor del libro Uncle Sam Wants You (“El tío Sam te quiere a ti”).
El ilustrador estadounidense diseñó alrededor de 46 carteles más para el gobierno federal durante la Primera Guerra Mundial.
Antes de fallecer en 1960, dijo que el del Tío Sam era probablemente “el afiche más famoso del mundo”.