Thelonious Monk comienza a tocar el piano y sus músicos lo siguen. Están en un estudio de grabación. Así pasan varios minutos. De pronto uno de los técnicos hace señas para que se detengan y el resto del grupo obedece. “¿Por qué nos detuvimos?”, pregunta Monk, sorprendido. “Pensé que estabas ensayando”, responde el técnico a la vez que se disculpa. “¿Acaso no estamos siempre ensayando?”, contesta Monk. Así eran el pulso y la sensibilidad de un genio del jazz que sentía a la música como un juego, que entendía la complejidad artística y metodológica que requería, pero que, en el fondo, sabía mejor que nadie que sólo se trataba de eso: un hombre con su instrumento divirtiéndose.
Thelonious Sphere Monk Jr. nació en Rocky Mount, Carolina del Norte, el 10 de octubre de 1917, y vivió en New York desde los seis años de edad, en el mismo departamento de Manhattan durante casi toda su vida. A esa edad, también, comenzó a tocar el piano, y fue casi un autodidacta.
Los pianistas “stride” (estilo pianístico de jazz originado y desarrollado en Harlem) de los años veinte, especialmente Willie “The Lion” Smith y James P. Johnson, se convirtieron en una influencia palpable en su estilo.
Durante su adolescencia tocó el órgano y el piano en la iglesia bautista, y no llegó a terminar sus estudios secundarios. A los 18 años decidió irse a recorrer el mundo acompañando con el piano a un predicador evangelista. Dos años después, a su regreso, formó su propio cuarteto, actuando en diversos clubes. hasta que en 1941 el baterista Kenny Clarke lo eligió como pianista de la casa para tocar en el Minton’s Playhouse (el club de jazz de Harlem, una de las cunas del bebop).
En los años 40 apareció el bebop, que fue un subgénero del jazz que sucedió cronológicamente al swing. Con la caída de las big bands y el hundimiento de los circuitos comerciales durante y después de la guerra, los músicos buscaron una dirección diferente y comenzaron a juntarse en pequeños grupos a improvisar, a unir distintos ritmos y melodías, en resumen: a hacer algo nuevo. La propuesta del bebop era más austera en cuanto a la cantidad de músicos en escena pero más poderosa: con poco causaba admiración.
Las melodías de Monk, que podrían calificarse de “inusuales”, sus nada convencionales armonías disonantes y sus extrañas estructuras rítmicas llevan un sello único e inconfundible, tan particular como su estilo de pianista, en el que no era extraño ver su tendencia a usar el codo y el antebrazo para aplastar grandes grupos de notas.
A lo dicho se suma el personaje extravagante: de casi un metro noventa, vestido con elegancia, con una colección de curiosos sombreros, que abandonaba el piano en el medio de una actuación y, luego de bailotear un rato alrededor del escenario, dejaba solos a sus músicos. Monk era una figura tan introvertida como excéntrica en el mundo del jazz, pero tenía una visión artística única y una gran determinación para sostenerla.
Teddy Hill, músico de jazz, multiinstrumentista y gerente del Minton´s, decía a quien quisiera escucharlo, refiriéndose a Monk: “Llegará (a Minton´s) en cualquier momento y tocará durante horas acompañado solo de luz tenue, y lo curioso es que nunca acabará una canción. Nunca sabes qué toca.”
En 1944 realizó sus primeras grabaciones con el Coleman Hawkins Quartet. En 1947 grabó por primera vez como líder de su propia banda, y publicó su LP de debut, Genius of Modern Music. Ese mismo año se casó con Nellie Smith, y en 1949 nació su hijo, T.S. Monk, mientras que su hija Barbara nació en 1953.
A mediados de los cuarenta empezó a trabajar como director de Blue Note Records en 1947; sus trabajos con ese sello (hasta 1952), con Prestige (1952 a 1954) para la que grabó algunos de sus discos más importantes, y con Riverside (1954 a 1960) forman el grupo más notorio de sus clásicos. En 1960 firmó contrato con Columbia Records, grabando para ese sello como solista y en big band hasta 1969.
La música de Monk raramente escapaba de las estructuras básicas de 12 y 32 compases que predominaban en la época, pero estaba expresada con nuevas y extrañas armonías y ritmos. Siempre fue fiel a su música; si bien muchos músicos rechazaban la disciplina que esta requería, otros se sumergieron en su mundo, aún con las exigencias que aquello implicaba. Durante esos años, Monk entró en contacto con músicos como Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Miles Davis, Sonny Rollins, Milt Jackson y John Coltrane, músicos geniales que asentaron, como él, las bases del bebop.
Muchas de sus composiciones están indiscutiblemente dentro de la cartelera brillante del mejor jazz: “Blue Monk”, “Round about Midnight”, “Misterioso”, “Evidence”, “Epistrophy”, “Straight No Chaser” y varios más son temas claramente demostrativos de su talento.
La cantidad de anécdotas de variada estirpe que rodean su vida es inagotable. En 1951 se le negó la autorización (el “New York City Cabaret Card”, que era expedida por la policía) para actuar en locales nocturnos en que se despachase alcohol, luego de un episodio con la policía en el que terminó arrestado y en el que protegió a su amigo Bud Powell. Sonny Rollins (nada más y nada menos) recuerda a quien quiera escucharlo que se perdió cuando grabó con Monk el tema “Brilliant Corners”, de tan intrincada que era su estructura. A instancias del mismo Rollins, Monk contrató a John Coltrane, quien acababa de dejar el primer gran quinteto de Miles Davis, con quien también tuvo encuentros y desencuentros: una vez, grabando con Miles Davis, ante las quejas del trompetista, quien lo acusaba de tocar “demasiado” (justo Miles diciendo eso!) decidió dejar de tocar el piano, interrumpiendo de ese modo la sesión, con la consiguiente rabieta de Davis. También se recuerda el descubrimiento que hizo el productor de una de las giras europeas de Monk, cuando tuvo que pagar exceso de equipaje por una valija llena de botellas de Coca Cola vacías, que el músico insistía en acarrear de un destino a otro. Algunas tapas de sus discos eran, además, tan provocadoras como su música.
Pasó la primera mitad de los años 50 componiendo, grabando discos y actuando en teatros y giras fuera de la ciudad. En 1956 grabó el clásico Brilliant Corners, y es en este punto en el que la crítica y el público lo reconocerían por fin como un maestro; Monk se convirtió en una celebridad del jazz así sería considerado hasta el final de su carrera.
Durante la década del sesenta salió varias veces de gira por Estados Unidos, por Europa y hasta Japón, y fue portada de la revista Time en 1964.. Habitualmente salía de gira con su cuarteto, aunque en alguna gira lo hizo con su banda de nueve integrantes.
Sus apariciones públicas empezaron a ser menos frecuentes a principios de los setenta. Hizo sus últimas grabaciones en estudio en Londres en 1971 y en ese mismo año hizo una última gira con los Jazz Giants, un supergrupo armado por el productor George Wein con evidentes propósitos comerciales, del que también participaron Sonny Stitt, Dizzy Gillespie, Kai Winding, Art Blakey y Art McKibbon. Poco después, en 1973, Monk decide retirarse.
Monk hizo algunas apariciones aisladas a mediados de los setenta, y su último concierto fue en Newport, en el marco del Festival de Jazz de New York, en 1975, tocando con un grupo de jazz formado por su hijo Thelonious (“Toot”) y su hija Barbara (“Boo Boo”). Vivió recluido el resto de su vida, pasando la mayor parte del tiempo en la residencia de quien fue su mecenas, la baronesa Pannonica de Koenigswarter, en Weehawken, New Jersey, que les brindó su casa a él y a su esposa Nellie.
La baronesa (una inglesa nacida en Londres y descendiente de la dinastía financiera Rothschild) renunció a su vida en la alta sociedad para acercarse a la extraordinaria generación de músicos de jazz de la que Thelonious formaba parte. Nica (así le gustaba que la llamaran) se hizo muy amiga de Monk, quien hizo que fuera tratada como una más dentro de los círculos del jazz y no como una simple fan. En 1959 la policía descubrió marihuana (considerada estupefaciente por aquellos años y cuya posesión era penalizada con la cárcel) en el coche de Monk. Para evitar que arrestaran a su amigo, Nica confesó que la droga era suya. Las consecuencias no fueron menores: fue condenada a tres años de cárcel y al pago de una multa de tres mil dólares. Cuando fue puesta en libertad buscó implicarse más a fondo en la actividad artística de Thelonious Monk, y la relación perduró en el tiempo e incluyó a Nellie, la esposa de Monk.
Para algunos, Monk era un maníaco depresivo. Para otros, un esquizofrénico. Muchos pensaban que las varias internaciones que sufrió y las medicaciones recibidas le habían producido daños irreversibles en el cerebro. Otros, que como muchos músicos de su generación, había abusado de las drogas. Finalmente, hay quien simplemente supuso que Monk siempre estuvo loco. La súbita excitación que a veces lo invadía lo llevaba a pasar horas gesticulando ampulosamente y en silencio en un rincón de su casa.
Thelonious Monk murió el 17 de febrero de 1982 de una complicación cardíaca posterior a una hemorragia cerebral, dejando una misteriosa y casi mítica reputación en la historia del jazz. En 1983, un año después de la muerte de Monk la calle 63 de Nueva “Thelonious Sphere Monk Circle” por iniciativa de Nica.
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