Orden de batalla unitario Ejército LibertadorComandante en Jefe: Gral. Juan Galo Lavalle
Infantería
Batallón de infantería: coronel Pedro José Díaz
Caballería
Regimiento RamírezRegimiento Rico Regimiento TorresRegimiento Vega
Reserva
Escuadrón Videla Escuadrón Méndez Escuadrón Mayo
Artillería
8 piezas
Total de efectivos: 3.400 hombres
Orden de batalla federal Comandante en Jefe: Gral. Pascual Echagüe
Infantería
Batallón Entrerriano
Batallón IndependenciaBatallón Oriental Dos compañías mixtas
Caballería
Regimiento Oribe
Regimiento Servando Gómez
Regimiento Urquiza
Artillería10 piezas
Total de efectivos: 4.500 hombres
Antecedentes
Después de la batalla de Don Cristóbal (10 de abril de 1840), el ejército Unitario del general Juan Galo Lavalle, se aproximó al río Paraná con el propósito de acercarse a los buques franceses que proveerían de víveres, munición y armamento a la Legión Libertadora, facilitando la incorporación de refuerzos que también enviaría el gobernador correntino Ferré, mas 200 infantes prometidos desde Montevideo. La idea directriz de Lavalle era abandonar Entre Ríos, trasladarse en los barcos franceses y desembarcar al norte de Buenos Aires, para operar contra el principal centro de poder de Rosas.
Mientras tanto, el ejército Federal al mando de Pascual Echagüe, siguiendo a su adversario, fue a situarse a corta distancia del mismo en las orillas del arroyo Sauce Grande, 35 Km. al sur de Paraná, donde se atrinchero también esperando refuerzos desde Buenos Aires.
Después de convocar a una Junta de Guerra en la noche del 15 de julio, Lavalle decidió pasar a la ofensiva y atacar en sus mismas posiciones atrincheradas al ejército Federal. El general unitario, mando que sus líneas se adelantasen. A las 3 de la madrugada su infantería avanzó, mientras una batería desembarcada desde los buques franceses, era establecida en las nacientes del bajío que cubría la izquierda de Echagüe y abría fuego sobre éstas. Se realizaron unos doscientos disparos de cañón que fueron contestados por la artillería federal. Dado que sus cañones eran de mayor alcance, los unitarios mantuvieron el fuego hasta consumir la munición, rechazando a las fracciones federales de sus posiciones.
Al amanecer del 16 de julio de 1840, una densa niebla cubría el terreno donde se libraría la batalla. El ejército de Echagüe estaba formado en línea de batalla protegido por sus atrincheramientos, ocupando todas las hondonadas inmediatas. En su ala derecha el cuerpo de caballería de Urquiza apoyado por medio batallón de infantería entrerriana; en el centro la artillería con 10 piezas otro medio batallón entrerriano y los batallones de infantería Independencia y Oriental mas dos compañías sueltas; en el ala izquierda los regimientos de Oribe y Servando Gómez, un total de 4.500 hombres. El ejército de Lavalle mientras tanto permanecía en sus posiciones. Su línea de batalla era mas corta que la adversaria: en su ala izquierda los regimientos de Ramírez, Rico, Torres y Vega (lo mejor de la caballería unitaria) y en el centro – derecha el batallón de infantería al mando del coronel Pedro José Díaz, la reserva al mando del mismo Lavalle la componían los escuadrones Vilela, Méndez y Mayo, sumando unos 3.400 combatientes. No escapaba al general unitario lo difícil que sería llevar adelante un ataque a los federales, parapetados en sus posiciones fortificadas, defendidas por 2.000 infantes con 8 piezas de artillería y apoyados por 2.500 jinetes.
Lavalle interpretó que debía derrotar, antes que nada, a la experimentada caballería federal, integrada por tropa veterana. El jefe unitario urgió un plan que tenía como objetivo, atacar el flanco derecho enemigo, con el total de su caballería – 2.500 hombres -, dejando dos legiones y un escuadrón como reserva, unos 800 hombres. Mientras que su infantería avanzaría sobre el centro de la línea federal. Era en síntesis, la combinación de un ataque frontal contra el centro del dispositivo y un envolvimiento contra el flanco derecho y retaguardia del enemigo.
Durante la mañana la densa niebla no dejaba ver las líneas adversarias, lo que impidió a Lavalle atacar. Después de la una de la tarde, sin esperar mas, éste dio la orden y los escaramuzadores unitarios avanzaron en orden abierto. Detrás, el batallón del coronel Díaz desplegado en línea esperaba la orden de avanzar. De pronto se escuchó un reto, un disparo seguido por más descargas conforme los piquetes y centinelas federales vieron las sombras frente a ellos recortándose sobre la niebla. Solo se veían los fogonazos del fuego y la misma niebla amortiguaba el sonido del combate. Cuando comenzó a aclarar, la artillería unitaria al mando del oficial Jacinto Peña, abrió fuego, el que fue inmediatamente contestado por la federal. Este violento intercambio artillero fue sostenido durante toda la batalla.
La caballería unitaria – unos 2.000 hombres – formada en bloque avanzo por escuadrones, dando su flanco derecho a la línea de infantería federal para reducir los efectos del fuego de ésta.
Una vez Lavalle, observo que su caballería traspaso el frente de los federales, ordenó una variación a la derecha cayendo sobre el flanco enemigo. El ataque unitario, dificultado por el franqueo del terreno, fue recibido por el poderoso regimiento de caballería de Urquiza – que tuvo que variar su frente hacia la derecha – apoyado por el medio batallón de infantería entrerriano. El combate se libraba atrás de las posiciones federales. Los jinetes de Urquiza comenzaron a replegarse ante el terrible empuje de los unitarios. Echagüe, viendo el peligro que amenazaba su derecha, ordeno rápidamente que los regimientos de Oribe y Servando Gómez que se encontraban en su ala izquierda y sin enemigos a su frente cargaran sobre su ala derecha en apoyo de Urquiza.
Al mismo tiempo que la caballería de Lavalle comenzaba su ataque, el batallón de infantería unitaria – una masa de 450 hombres – al mando del general Pedro José Díaz inicio el avance hacia las posiciones federales. Desde un primer momento, los infantes unitarios comenzaron a sufrir el fuego de artillería enemiga. Avanzando hasta llegar a medio tiro de fusil, y luego de soportar la metralla de los cañones federales, comenzaron entonces a intercambiar fuego de mosquetería con la infantería federal, quien además de tener superioridad numérica ocupaba posiciones mas ventajosas.
Lavalle, viendo que su caballería estaba en peligro de ser destruida a medida que llegaban mas y mas escuadrones federales, y a su infantería comprometida en una lucha desigual, decidió utilizar su reserva (800 hombres) y atacar el flanco izquierdo federal tal como lo había hecho en Don Cristobal. Este flanco, había quedado despoblado de caballería enemiga, cuando Echagüe había ordenado detener el ataque de la caballería unitaria en su ala derecha. Poniéndose al frente de sus hombres, Lavalle avanzó por detrás de su infantería que todavía se sostenía, cargando sobre el ala enemiga, pasando su línea y ocupando la retaguardia adversaria.
Los federales al ver esta fuerza enemiga en su retaguardia, suspendieron su ataque sobre la línea unitaria y comenzaron a enviar regimientos para rechazar la amenaza, dejando en consecuencia de presionar sobre los regimientos unitarios del ala derecha, y dándole la oportunidad a la infantería unitaria de retirarse hasta ocupar sus posiciones originales. A las 16 hs. Lavalle y su reserva volvieron sobre su ejército, la línea de batalla unitaria logro estabilizarse. Ambos adversarios quedaron demasiado exhaustos para reiniciar la lucha.
Los unitarios perdieron 500 hombres y los federales 150.
Lavalle sabiendo que no podría presentar batalla al día siguiente, ordeno la retirada en dirección a Diamante y bajo la protección de una batería allí emplazada pasó a la isla de Coronda, operación que duró varios días y en la cual se utilizaron unas 50 embarcaciones mercantes. Echagüe había iniciado lentamente la persecución del enemigo, perdiendo así la oportunidad de destruir a Lavalle. La vanguardia federal recién llegó a Diamante, cuando las últimas tropas unitarias abandonaban la playa.
En la isla de Coronda, el ejército unitario se reorganizo y espero reembarcarse en las naves francesas en dirección a Buenos Aires. Comenzaba otra campaña.
Croquis de la batalla
Texto extraído del sitio: http://www.legionunitaria.granaderos.com.ar/batallas/saucegrande.htm