1) Drácula (“Dracula” de Tod Browning, 1931)
La adaptación clásica de la novela de Bram Stoker. El misterioso Conde Drácula se muda a Londres y se alimenta por las noches bebiendo la sangre de jóvenes de la alta sociedad inglesa. Jonathan Harker, el prometido de una de ellas, y el Dr. Van Helsing harán todo lo posible para no permitir que el vampiro siga cobrándose víctimas. Película emblema del cine de terror clásico de la edad de oro de Hollywood. Protagonizada por el gran Bela Lugosi, el estereotipo del Drácula que todos conocemos: peinado a la gomina a la Carlitos Gardel, mirada penetrante, presencia intimidante y siempre pulcro. Se dice que el actor se metió tanto en su rol (y le costó tanto salir de él) que cuando murió lo enterraron con una capa similar a la que usó en el film.
2) Nosferatu (“Nosferatu, eine Symphonie des Grauens” de F. W. Murnau, 1922)
Una joya del cine mudo, considerada una de las mejores películas de terror de todos los tiempos. Es una de las piedras basales del expresionismo alemán, movimiento artístico que tuvo su apogeo en el cine en las décadas de los 20s y 30s del siglo pasado. Su director, F. W. Murnau, fue uno de sus máximos referentes. El dato curioso de esta película es que la adaptación de la novela es muy libre, los lugares y los nombres de los personajes son otros (en vez de Drácula es Orlok, por ejemplo) e incluso el aspecto del vampiro es totalmente diferente: es pelado, muy flaco y pálido, con grandes uñas y orejas. Los dientes puntiagudos son sus paletas, no sus colmillos. Estos cambios fueron pensados para evitar que los parientes del autor de la novela pudieran demandarlos por plagio, cosa que no evitaron ya que los demandaron igual. En fin…
3) La sombra del vampiro (“Shadow of the vampire” de E. Elias Merhige, 2000)
¿Y qué tal si en realidad Murnau hubiera tenido que buscar un vampiro real para representar al temible Conde Orlok en Nosferatu? Pues esa es la premisa de esta película. Max Schreck, quien fue el actor de Nosferatu que interpretó al conde, es un vampiro en la vida real. El director lo contrata para rodar la película, obviamente sin comunicarle al resto del equipo y elenco este pequeño detalle y bueno, supongo que se pueden imaginar que las condiciones que pone el vampiro para aceptar filmar la película no se satisfacen simplemente con un buen cachet…
4) Drácula de Bram Stoker (“Bram Stoker´s Dracula” de F. F. Coppola, 1992)
Uno de los directores más prestigiosos de todos los tiempos filma su interpretación de la obra de Stoker a su propio estilo. La puesta en escena es imponente, y la dirección de arte y los vestuarios son espectaculares (este rubro ganó el Oscar ese año). Gary Oldman hace de un extraordinario conde, terrorífico pero vulnerable por momentos, aportándole una nueva faceta a la personalidad del vampiro. Una versión original y muy lograda que no puede pasarse por alto.
5) Nosferatu, vampiro de la noche (“Nosferatu: Phantom der Nacht” de W. Herzog, 1979)
Uno de los (tantos) puntos altos en la carrera del gran director alemán, que decidió rendirle homenaje al film clásico ya mencionado “Nosferatu”. Klaus Kinski, se come la película como el vampiro. La película tiene un ritmo lento, cansino, hasta por momentos puede hacerse tediosa. Pero este recurso es utilizado con maestría simplemente para transmitir la angustia de este extraño ser: una criatura que a fin de cuentas está condenada a no morir nunca y ser testigo al mismo tiempo de ver morir todo lo que lo rodea a medida que el tiempo pasa.
6) ¡Vampiros en la Habana! (de Juan Padrón, 1985)
Un científico radicado en Cuba inventa el “Vampisol”, una poción que permite a los vampiros salir a la luz del sol sin sufrir ningún daño. Enterados de la noticia, los vampiros norteamericanos y los europeos del este tratarán de poner sus manos sobre la fórmula, cueste lo que cueste. Este es un film animado cubano que trata la temática de la guerra fría y el crimen organizado de una forma muy original y, como toda buena peli de “dibujitos”, la trama tiene elementos interesantes tanto para grandes y pequeños. Ahora, si están buscando calidad de animación estilo Pixar, pues sigan buscando.
7) Déjame entrar (“Låt den rätte komma in” de Tomas Alfredson, 2008)
Película sueca que cuenta la historia de Oskar, un preadolescente solitario que sufre de bullying en su escuela, y Eli, una niña vampiro. Casi de inmediato forjan una linda amistad, ella encuentra en él un compañero de su edad que la trata con mucho cariño y Oskar encuentra en ella (sin haberlo buscado) a la máquina perfecta que tomará venganza de las personas que lo maltrataron. Película tensa y con mucho clima, se siente como una bomba de tiempo esperando el momento justo para explotar.
8) Entrevista con el vampiro (“Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles” de Neil Jordan, 1994)
Un vampiro habla con un periodista acerca de varios aspectos de su vida: cómo fue antes de transformarse en vampiro, cómo atravesó su conversión y la amistad que mantuvo con quién lo convirtió, la sed de sangre, la soledad, el amor, la traición, en fin, un interesante testimonio de una persona que camina por las calles desde hace cientos de años. El film es una adaptación de la novela de Anne Rice, una verdadera mente maestra en lo que se refiere a la literatura de vampiros con una carrera muy prolífica: “Entrevista con el vampiro” es la primera de las 13 novelas que componen la saga de “Las crónicas vampíricas”.
9) El misterio de Salem´s Lot (“Salem´s Lot” de Tobe Hooper, 1979)
Esta es en realidad una mini serie filmada para la TV, una adaptación de la novela homónima de Stephen King. Un novelista vuelve al pequeño pueblo de su infancia para escribir un nuevo libro. Resulta que una pareja peculiar también se muda al pueblo y, será por esas casualidades de la vida que, sin pausa pero sin prisa, varias personas comienzan a desaparecer o, en el mejor de los casos, sufren de un día para el otro de “anemia”. Es así como nuestro protagonista sospecha de los nuevos vecinos y se pone a investigar qué hay detrás de estas desapariciones.
10) 30 días de noche (“30 days of night” de David Slade, 2007)
Un pueblito de Alaska debe afrontar esa dura época del año cuando el sol se les esconde durante un mes entero. Es complicado sí, pero ya están acostumbrados. Excepto que esta vez corren con la suerte de además tener que resistir el ataque de un grupo hambriento de vampiros monstruosos y despiadados que, claro está, sin luz del sol de la cual ocultarse tienen 30 días seguidos de fiesta. Como estar en Ibiza y en un tenedor libre al mismo tiempo.
11) Drácula (“Horror of Dracula” de Terence Fisher, 1958)
Esta fue el primer film de Drácula producido por la Hammer, productora británica especializada en el género de terror de bajo presupuesto (pero de muy buena calidad) que tuvo su apogeo entre el final de los 50s y los 70s. La película tiene como condimento especial una nueva perspectiva de la figura del vampiro. Interpretado por el magnífico Sir. Chrislopher Lee, Drácula se transforma en un personaje más carismático y transmite sensualidad. A su vez la violencia se hace más explícita: hay mucha sangre, se ven las mordidas, los ojos de Drácula se inyectan de un rojo furioso. Luego del éxito y la controversia generada por este film, la Hammer produjo más de 10 películas más que abordan las peripecias del famoso vampiro o de su eterno antagonista, Van Helsing.
12) Que no se entere mamá (“The Lost boys” de Joel Schumacher, 1987)
Mike y Sam son 2 adolescentes que se mudan a un nuevo pueblo con su mamá. Al poco tiempo de su llegada, escuchan rumores acerca de que el lugar está habitado por una pandilla de vampiros que de tanto en tanto hace de las suyas. Es así como, de un día para otro, Mike comienza a actuar muy raro; cambia de personalidad, desaparece de día, sale de noche y deja la gaseosa por otra bebida más… fresca, digamos. Sumando 2 + 2 Sam reconoce el problema que ahora tiene entre manos y se pone en contacto con 2 cazadores de vampiros para evitar que su hermano se transforme en uno para siempre. Película ochentosa si las hay, ideal para nostálgicos de los peinados batidos, el VHS y el neón.
13) La hora del espanto (“Fright night” de Tom Holland, 1985)
¿Siguen nostálgicos de los 80s? Acá tenemos un poco más. Charly es un adolescente fánatico de las pelis de terror que está seguro de que su nuevo vecino es un vampiro y responsable de varios crímenes sin resolver de la zona, así de corta. Obviamente nadie le cree, pero se le ocurre recurrir a su ídolo para que ayude a cazarlo, Peter Vincent. Éste es una estrella de TV que interpreta a un cazavampiros en la serie favorita del adolescente. Si bien el actor no cree en la existencia de los vampiros en la vida real, tal vez por aburrimiento o por no perder a un fan, le sigue la corriente al chico y termina descubriendo que tal vez no estaba tan demente como parecía.
14) El ansia (“The hunger” de Tony Scott, 1983)
Una reina vampiro milenaria, su esclavo sexual (barra proveedor de sangre cotidiano barra compañero de vida desde hace cientos de años) y una gerontóloga tienen un apasionado triángulo amoroso. Promesas de juventud y vida eterna, traición, hechizos, angustia, tensión sexual, Catherine Deneuve, Susan Sarandon y David Bowie. Mucho más que esto, no se consigue.
15) Solo los amantes sobreviven (“Only lovers left alive” de Jim Jarmusch, 2013)
Jim Jarmusch es sin dudas uno de los directores independientes norteamericanos más influyentes de la actualidad y no duda en revisitar el cine de género siempre con su impronta. En este caso, no le hace asco mezclar la comedia dramática con bebedores de sangre. Adam es un músico vampiro que vive junto a su mujer desde hace cientos de años. La decadencia de la humanidad que se acentúa con el paso de los siglos, un futuro sin rumbo y un matrimonio sin ningun “hasta que la muerte los separe” provoca en Adam un estado de depresión constante. La llegada de su hermana menor de visita, una persona completamente inestable e impredecible (con lo que esto puede significar siendo fan de la sangre humana) pone patas para arriba la vida de la pareja de vampiros.
BONUS TRACK
16) Hotel Transylvania (de Genddy Tartakovsky, 2012)
Drácula es un exitoso empresario que ha transformado su castillo en un hotel de lujo para monstruos. La idea es ofrecerles un ambiente de relax y esparcimiento, alejado por completo de la raza humana, que tanto los desprecia y les teme. Cuando su hija adolescente empieza a tener curiosidad por conocer el “mundo real” (ella vive en el castillo y no conoce lo que hay allá afuera) a Drácula le sale el padre sobreprotector de adentro. ¿Qué debe hacer? ¿Proteger a su hija de los peligros que le presentará enfrentarse a experiencias nuevas y desconocidas? ¿O dejar que haga su propio camino aunque pueda salir lastimada? Esta muy buena película de animación es obra de Tartakovsky, creador de “El laboratorio de Dexter” y “Las chicas superpoderosas”, entre otros, así que el buen timing y los gags están 100% asegurados, imposible aburrirse.