Entre los años 1959 y 1975, la guerra de Vietnam enfrentó a la República de Vietnam del Sur y su aliado Estados Unidos contra la República Democrática de Vietnam del Norte apoyada principalmente por la Unión Soviética y China.
Veamos el resumen de los acontecimientos y el contexto en el que ocurrieron:
El antecedente de este conflicto es la Guerra de Indochina, que enfrentó a los franceses contra los nacionalistas vietnamitas, quienes finalmente vencieron en 1954 a sus colonizadores.
Vietnam del Norte quedó bajo el control de Hô Chí Minh, líder y creador del partido comunista vietnamita y baluarte de la lucha por la autonomía. Desde 1954 en adelante, Vietnam del Sur recibió ayuda de Estados Unidos, adiestrando su ejército, otorgando soporte económico y enviando contingentes militares.
Así, la unificación de Vietnam parecía imposible. En Vietnam del Sur, tras un golpe de estado en 1956, el general que asumió el poder, Ngô Đình Diệm -apoyado por la CIA- no lo deseaba. Se propuso la necesidad de un referéndum pero finalmente el mismo fue rechazado. Esto hizo que los comunistas vietnamitas crearan el “Vietcong” (o Viet Cong), a los que Vietnam del Norte apoyó con armamento desde el principio. En 1959, el comunismo del Norte, junto con el Viet Cong (guerrilla campesina) y el Viet Minh (movimiento creado en 1941 para acabar con el mandato francés) decidieron comenzar y fomentar la insurrección en el Sur para unificar la nación bajo la égida comunista, con el firme propósito de “librarlo del yugo opresor de los imperialistas estadounidenses y de sus secuaces”, según proclamaba un informe vietnamita de la época.
El Vietcong comenzó actuar en 1959; sus fuerzas eran superiores a las de Vietnam del Sur, ya que en este último gobernaba la corrupción y unos mandos nefastos salidos de las familias de clase alta del país.
En 1960 llegó la intervención estadounidense en manera de asesores militares que entrenaban al ejército y les enseñaban nuevas tácticas, además de proporcionar armamento y tropas.
Mientras el Sur cedía territorio poco a poco, el 4 de agosto de 1964 se produce un incidente en el Mar de la China que involucra al destructor “Maddox”, un buque de vigilancia electrónica, que se encuentra cerca de las aguas territoriales de Vietnam del Norte. Aquel día, la Casa Blanca y el Pentágono ofrecen una rueda de prensa en la que anuncian que lanchas torpederas norvietnamitas atacaron sin previo aviso al destructor, el cual respondió a los ataques, hundiendo a las lanchas torpederas vietnamitas. (Lo de siempre: “yo no la empecé, la empezaste vos.”)
Tres días después, el 7 de agosto de 1964, el Congreso estadounidense adoptaba la “Resolución del Golfo de Tonkin” autorizando al presidente a tomar “todas las medidas necesarias para prevenir más agresiones”. Lo de siempre, también.
Como apostilla de ocasión, vale agregar esta perla: Albert Gore (ex vicepresidente de EEUU) diría el 16 de enero de… 2006 (!!!!!): en la “Hace poco supimos, a través de documentos recientemente desclasificados, luego de cerca de 40 años, que la resolución del Golfo de Tonkin que autorizó la trágica guerra de Vietnam se basaba de hecho en informaciones falsas.”
Pero sigamos con los hechos: Vietnam del Sur siguió recibiendo soldados norteamericanos (para 1967 ya había quinientos mil) y también recibió material bélico y personal sanitario de Thailandia, Corea del Sur, Australia y España (aunque en menor medida). Tras esto, el Sur recuperó territorio y alivió un poco la situación, desventajosa hasta entonces. El objetivo estadounidense era crear el mayor número de bajas posible, desgastar al enemigo y bombardear su territorio para obligarlo a rendirse.
Se desató una guerra cruel y atroz, en la que se lanzaron más kilos de bombas que las lanzadas por Alemania, Japón y Italia juntas durante la Segunda Guerra Mundial. Además se utilizaron agentes químicos como el “Agente Naranja”, que exfoliaba la selva y producía mutaciones genéticas y en las personas, y el Napalm, que quemaba todo lo que tocaba.
Las conversaciones para lograr la paz comenzaron en París en 1968 y sólo la proximidad de las elecciones presidenciales de aquel año en Estados Unidos y la presión de la población persuadieron al presidente Lyndon Johnson, quien ese mismo año anunció el cese de los bombardeos en el norte de la península vietnamita.
Sin embargo, esto no convenció a los delegados de Vietnam del Norte, que insistían en la retirada completa de Estados Unidos como condición indispensable para firmar la paz. El intento de paz quedo truncado, y las hostilidades de ambos bandos continuaron haciendo estragos. El Vietcong con sus métodos de guerrilla por un lado y los abusos de los militares occidentales por el otro se acrecentaban día a día.
Después de la campaña presidencial de 1972 en Estados Unidos, en la que Richard Nixon sería elegido presidente por el 60% de los votos, la presencia norteamericana en Vietnam había quedado reducida a 40.000 hombres.
Tras una compleja fase de negociaciones y enfrentamientos militares, se firmó en París, en enero de 1973, un acuerdo de paz. A mediados de 1973, el primer ministro chino le dijo al líder de Vietnam del Norte: “lo mejor para Vietnam del Norte y para todo el resto de Indochina sería que se relajaran -sic- durante, digamos, unos cinco a diez años” (sí, sí, relájense, en cinco o diez años vemos…). En agosto de 1973, el Congreso estadounidense prohibió cualquier reanudación de la intervención en Vietnam. En octubre del mismo año, tanto Rusia como China se negaron a reabastecer a los vietnamitas del Norte. En el medio, Richard Nixon caería por el escándalo Watergate y Gerald Ford ocuparía su lugar. La retirada de las tropas estadounidenses hizo que el régimen de Vietnam del Sur cayera inexorablemente, y la ofensiva final comunista tuvo lugar en la primavera de 1975.
En la mañana del 29 de abril, la Radio de las Fuerzas Armadas tocó la canción “White Christmas” como una señal para comenzar una operación de evacuación de los no combatientes. Civiles vietnamitas se reunieron fuera de la embajada estadounidense y escalaban las paredes esperando reclamar estatus de refugiados.
En la mañana del 30 de abril de 1975, el general Dương Văn Minh, quien había sido presidente de Vietnam del Sur durante sólo tres días después de la renuncia de Trần Văn Hương, hizo una declaración por radio, señalando “estamos aquí para entregarles a ustedes el poder a fin de evitar el derramamiento de sangre.” O que ya no quede sangre por derramar, mejor dicho.
El ejército norvietnamita entró a la ciudad, en su mayoría de forma pacífica, a pesar de las predicciones previas de que la caída de Saigón sería larga y sangrienta. Las puertas del Palacio de la Independencia fueron destruidas por tanques del Frente Nacional de Liberación “Vietcong”, y la bandera del FNL fue izada sobre el Palacio a las 12:15.
A las 15:30, el general Dương Văn Minh lanzó otro comunicado por radio: “Declaro que el gobierno de Saigón está completamente disuelto en todos sus niveles”. Menos mal que lo aclaró. Después de veintinueve años, Vietnam Sur desapareció como tal y la unificación llegó bajo un gobierno comunista.
Veinticuatro horas después de la caída, la ciudad fue rebautizada como “Ciudad Ho Chi Minh” (nombre que aún mantiene), en honor al líder revolucionario vietnamita, fallecido en 1969. El orden se reestableció rápidamente en la ciudad. Cuando el último helicóptero levantó vuelo terminando de evacuar la embajada norteamericana, la misma saqueada por completo.
Después, los espeluznantes números de siempre…
Los norteamericanos declararon 59.000 muertos, los vietnamitas del Sur reconocieron 224.000.
En abril de 1995, en el vigésimo aniversario del fin de la guerra, en Hanoi se hicieron públicos los datos oficiales, que indicaban que la guerra había sido “el doble de destructiva de lo que habían imaginado” (“¿imaginado?”): declararon que entre 1954 y 1975 murieron 1.100.000 soldados del Viet Cong y norvietnamitas y 2.000.000 de civiles, cifra que es corroborada por el informe sobre la salud en el mundo (!!) de la OMS del año 2008, que calcula 3.800.000 de muertes violentas en Vietnam en el período 1954 – 1975.