Armando Bó se inició en el cine junto a Leopoldo Torres Ríos. Actuó en la mítica Pelota de trapo, donde explora el fútbol cómo fenómeno social. El guión fue escrito por Ricardo Lorenzo Borocotó.
Con suficiente experiencia se largó como productor con Elías Hadad, fundando la SIFA (Sociedad Independiente Filmadora Argentina). El capital era modesto, y a lo largo de su larga carrera debió hipotecar su casa en más de una oportunidad para producir sus películas.
En 1957 descubrió la figura de Isabel Sarli, joven Miss Argentina 1955, y semifinalista de Miss Universo, quien adoptó como nombre artístico el apellido de su madre, ya que su padre la había abandonado. El general Perón la conoció entonces y le dijo que su rol “era superior al de cualquier embajador”. Sin duda, la mejor representante de las carnes argentinas.
Armando e Isable fueron pioneros del cine erótico argentino con El Trueno entre las hojas, sobre un guión del escritor paraguayo Augusto Roa Bustos, conocido por su novela Yo, el supremo (basado en la vida del dictador Rodríguez Francia). El Trueno entre las hojas trata sobre las fantasías sexuales que despierta la joven esposa del patrón de un obrador que explota a sus peones, y cuenta con la recordada escena del primer desnudo del cine argentino, protagonizado por Isabel Sarli, quien era reticente a sacarse la ropa frente al Team de filmación. Bó recurrió a varias argucias, como decir que usaría una malla color carne y que las tomas serían a distancia, y los camarógrafos tendrían tapados los ojos. Isabel Sarli accedió, pero en casi todas las películas que siguieron al El Trueno entre las hojas, exigió que no hubiese cambios en el equipo. No estaba dispuesta a desnudarse ante desconocidos.
Después del éxito del film El Trueno entre las hojas comenzó una prolongada relación amorosa entre Isabel y Armando, aunque Bó jamás se divorciaría de su esposa María Teresa Machinandiarena, madre de su único hijo, Víctor, quién seguirá los pasos de su padre y participará en la extensa filmografía de Armando e Isabel.
Gracias a estas películas de alto contenido erótico (mas no pornográfico), Armando alcanzó un enorme éxito en Argentina e Iberoamérica, pero frecuentes conflictos con la censura, especialmente durante las dictaduras militares.
A la película El Trueno entre las hojas, le siguieron, India, …Y el demonio creó a los hombres, Lujuria tropical, La tentación desnuda, Carne, Una mariposa en la noche, Desnuda en la arena, Fuego, Fiebre, Insaciable, Una viuda descocada, donde explota la exhibición de la exuberante anatomía de Isabel, convertida en el sex simbol de una época.
Armando Bó no solo produjo, sino actuó, escribió el guión y dirigió la mayoría parte de estas películas. El vínculo entre ellos se estrechó a punto tal que en un momento Isabel dijo que Armando fue “el padre que no tuvo”.
La pareja filmó 26 films que se han convertido en películas de culto por los desafíos que debieron soportar en una época marcada por la pacatería.
Armando murió a los 67 años de un tumor cerebral. Era el 8 de octubre de 1981. Ella fue a su casa a despedirlo, mientras María Teresa esperaba afuera para darle el último adiós. Fue una de las pocas veces que se cruzaron esposa y amante.
Él fue enterrado en el Cementerio de la Recoleta, e Isabel, La Coca, se encerró en su casa de Martínez rodeada de animales. En ese hogar, mitad palacio, mitad zoológico, crió a sus hijos adoptivos.
Isabel filmó algunas películas menores y trabajó en el teatro de revistas junto a Moria Casán… pero La Coca no salía de su casa, o apenas lo hacía por problemas de salud. Isabel Sarli tuvo también un tumor cerebral en 1992, pero pudo sobreponerse a la cirugía, finalmente murió el 25 de junio de 2019, en el Hospital Central de San Isidro. Fue enterrada en el Cementerio de Olivos, junto a esa madre que tanto la hostigó y lejos del amor de su vida.
