El 14 de septiembre de 1814, el abogado Francis Scott Key (1779-1843) fue testigo privilegiado del bombardeo del puerto norteamericano de Baltimore desde una nave británica. Key había acompañado al coronel John Stuart Skinner a realizar un intercambio de prisioneros con los ingleses.
Esa noche, Key y Skinner cenaron con el contralmirante británico Alexander Cochrane (tío de Sir Thomas Cochrane, quien años más tarde sería jefe de la flota chilena que transportó a las tropas del general San Martín rumbo al Perú).
Los británicos permitieron el intercambio, pero impidieron que Key, Skinner y los prisioneros liberados descendieran en Baltimore, pues habían presenciado los preparativos de los ingleses. Así quedaron retenidos a bordo de un barco británico y fueron testigos del ataque con cohetes contra Fort McHenry .
Este espectáculo inspiró en Scott Key un poema titulado The Defence of Fort McHenry (La defensa del Fuerte McHenry,nombre de la fortaleza que defendía Baltimore). Ese texto, ajustado a una tonada popular, se transformaría en The Star-Spangled Banner (La bandera tachonada de estrellas), hoy himno de los Estados Unidos.
Los americanos resultaron victoriosos y hasta hirieron de muerte a uno de los jefes británicos. Los versos de Key describieron el bombardeo de la ciudad que alzaba orgullosa la bandera de la estrellas, sobre “la tierra de los libres”. El poema termina con el consabido “In God we trust” (“Confiamos en Dios”).
De las cuatro estrofas originales, solo se canta la primera. Los versos se ajustaron a la cadencia de una tonada tradicional inglesa llamada To Anacreon in Heaven (“A Anacreonte en el cielo”), canción oficial de un club de caballeros londinenses, compuesta por John Stafford Smith (1750-1836), coetáneo británico de Key. Los versos de Key recién fueron consagrados como himno nacional por orden ejecutiva del presidente Woodrow Wilson en 1916, y ungido como tal en 1931 por el Congreso durante el gobierno del presidente Hoover.
¿Qué usaron los Estados Unidos como himno a lo largo de un siglo? Curiosamente, los norteamericanos cantaban el Hail Columbia, compuesta por Philip Phile en 1789 y estrenada en la primera asunción de George Washington. Cuando fue reemplazado por los versos de Key, Hail Columbia quedó como marcha presidencial. Poco duró como tal porque fue remplazada por la canción Hail to the Chief. Hail Columbia se ha visto reducida a ser la marcha del vicepresidente.
Francis Scott Key continuó su carrera como abogado y es recordado por dos casos célebres. Defendió a Samuel Houston (1793-1863), por entonces presidente de la República de Texas, acusado de agredir físicamente a un miembro del Congreso. También representó a Richard Lawrence, la primera persona en atacar a un presidente americano en ejercicio: el pintoresco Andrew Jackson, fundador del Partido Demócrata.
Esta historia del himno norteamericano, con música de un compositor inglés, guarda cierto paralelismo con la de nuestro Blas Parera, que después de componer el Himno Argentino se refugió en España, donde sus restos mortales se han extraviado. En ambos casos, la letra fue compuesta por abogados: Vicente López y Planes y Francis Scott Key.
Hasta acá las coincidencias, porque Key defendió a un magnicida frustrado, mientras que don Vicente fue presidente interino después de la renuncia de Rivadavia y nuevamente convocado para ocupar este cargo después de la batalla de Caseros . Ambos himnos exaltan la victoria de las armas de la patria.
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