“Ladrón sin destino” (primero episodio: 1968), “Topkapi” (1964), “Rififi” (1955), “The endgame” (2022), “La Casa de Papel” (primer episodio 2017), “El robo del siglo” (2022) o “Los Ladrones” (2022), “La gran estafa” (2001), “Snatch” (2000), solo son algunos nombres que acuden a mi memoria cuando, en realidad, los ladrones más se parecen al ridículo personaje creado por Woody Allen en “Robó, huyó y lo pescaron” (1969). En algunos casos que vamos a recordar, ni tuvieron tiempo de huir.
Los ladrones además de ejercer el vicio de robar, están sujetos a otras vanidades. Por ejemplo, Donald “Chip” Pugh en el año 2016 estaba muy preocupado porque la policía de Ohio había publicado en su perfil policial una foto que, a su juicio, no lo favorecía. Para corregir este atentado a su narcicismo, el tal “Chip” envió una foto a los agentes del orden donde lucía, a su criterio, mucho mejor. La policía pudo capturarlo inmediatamente gracias a la información que él mismo les había enviado. Su vanidad quedó a salvo.
También en el 2016, el Sr.Alberto López había sido acusado de estafa por el Banco de Phoenix, Arizona. La policía comenzó la búsqueda inmediatamente y cuál no sería su sorpresa al encontrar que el Sr. López se había presentado con su verdadero documento y sin tratar de ocultar su identidad para un puesto de trabajo en la policía comunal, aliviando así el trabajo de las fuerzas del orden que pudieron apresarlo en minutos.
En el año 2003 Krystian Bala escribió una novela sobre un crimen que se convirtió en un éxito editorial de un día para el otro. Era tan atrapante y realista la trama que algunos policías lo hallaron “demasiado” realista. Este hombre sabía demasiado …Los detectives se pusieron a investigar y descubrieron que el autor conocía a la víctima, un tal Dariusz Janiszewski, propietario de una agencia de publicidad, tal como lo describía en su obra “Amok”. Una investigación más profunda demostró que Bala había asesinado a Janiszewski y por tal razón fue condenado a 25 años de prisión, lugar en donde prepara su segunda novela “De Liryk”. De más está decir que la policía está esperando ansiosamente este nuevo libro para relacionar el texto con algún asesinato no resuelto que tenga a Bala como el perpetrador.
INCONTINENCIA MEDIATICA
Bala no fue el único en sufrir esta incontinencia mediática, Andrew Hennells realizó un posteo en Facebook anunciando sus planes para robar el local de una cadena de supermercados inglesa y hasta mostró el cuchillo con el que amenazó al personal. El arma fue incautada por la policía cuando allanó la casa del autopromocionado delincuente, solo 15 minutos después de perpetrado el asalto.
Logan Kames, un galés de solo 19 años, se ufanó en las redes de quebrar su libertad condicional. “Atrápenme si pueden”, escribió en su perfil de Facebook, burlándose de la policía. No le duró mucho la fanfarroneada porque lo capturaron esa misma tarde.
Un ladrón checo se llevó ropa de una tienda sin pagar, pero olvidó su chaqueta en un probador con sus documentos. Estos le fueron devueltos por la policía de Olomouc -República Checa- cuando lo apresaron a las pocas horas.
No todos los ladrones tienen la sangre fría de Alexander Mundy (“Ladrón sin destino”, representado por Robert Wagner) o la mente criminal del Dr. James Moriarty, el archienemigo de Sherlock, la mayor parte de los amigos de lo ajeno no son personas con autodominio y se ponen nerviosos, cometen errores y olvidos. Tal el caso de James Allan, quien cometió todo tipo de imprecisiones durante el atraco a una tienda. El momento más dramático fue cuando al intentar escapar del local no pudo abrir la puerta, porque Allan insistía en tirar cuando debía empujar y cada vez lo hacía con más fuerzas. Un empleado del lugar atracado se apiadó del ladrón y le abrió la puerta, favoreciendo la huida de Allan que le duró escasos minutos ya que enseguida llegó la policía. Otro ladrón se desmayó al robar un banco en Ohio y debió ser asistidos por la misma policía que lo atrapó.
Milton Hodges, tampoco tuvo suerte en su huida después de robar una tienda ya que saltó una pared y dio a parar en un campo nudista en Green Cove Springs, Florida. Como era el único vestido, los agentes del orden no tuvieron problema en identificarlo.
En fin, estas son algunas historias verdaderas que no son tan fantasiosas como las que nos regalan las películas pero que muestran a ladrones de carne y huevo sin ser tan sofisticados ni astutos.
+
Esta nota también fue publicada en La Prensa