Tal fue el éxito de su carrera que Coco Chanel es la única mujer diseñadora de moda que figura en la lista de la revista Time de las 100 personas más influyentes del siglo XX. Además, la francesa ha inspirado numerosas películas (como la popular Coco avant Chanel protagonizada por Audrey Tautou en 2009), series, libros, documentales y obras de teatro. En definitiva, Chanel es un icono irremplazable cuyo recuerdo no desaparece con la llegada de las nuevas generaciones y estos son algunos de los motivos que la han conducido a poseer este título.
Fue una mujer emprendedora y la primera gran empresaria conocida por todos
La vida de Coco Chanel y el amor fueron siempre de la mano. La modista tuvo varios amantes y parejas (aunque nunca llegó a contraer matrimonio) y estas relaciones fueron tan importantes para ella que la ayudaron a convertirse en una de las primeras grandes empresarias conocidas por el gran público de la historia.
Chanel inició su carrera en el mundo de la moda en una pequeña tienda en la planta baja del departamento de su amante Étienne Balsan. Un año después, concretamente en 1910, tuvo la oportunidad de abrir su primera tienda en la Rue de Cambon 31 gracias a la ayuda económica de otra pareja sentimental, Arthur Capel. En aquella época era prácticamente imposible para una mujer soltera acceder a un crédito bancario que le permitiese inaugurar su primera boutique, pero Chanel devolvió toda la inversión a su amante para convertirse en una empresaria independiente.
Fusionó el estilo masculino y femenino
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX la mujer vestía ropas incómodas que la posicionaban en cierto estatus social. Los corsés, los vestidos largos y las prendas ‘típicamente femeninas’ era todo lo que una mujer elegante debía lucir. Esta premisa murió cuando Coco Chanel apostó por prendas cómodas, ligeras y fáciles de llevar con el fin de vestir a una mujer trabajadora y activa, que tenían como origen la moda masculina.
Vistió a una mujer trabajadora
La modista tuvo la valentía de trabajar con tejidos como la lana y el punto -materiales destinados anteriormente a mozos de cuadras, asistentas y clases trabajadoras- y de dar luz verde a piezas como las faldas que cortaban justo por debajo de las rodillas, los jerséis de cuello alto, las camisetas a rayas y los trajes de dos piezas formados por americana y pantalón de pinza. Así, la francesa liberó la figura de la mujer.
Popularizó el icónico little black dress
El color negro y el luto eran sinónimo durante la primera mitad del siglo XX, pero Chanel rompió las reglas del juego el año 1926 cuando apareció por primera vez un boceto firmado por la modista de un little black dress. Aunque a día de hoy nos parece una prenda propia de cualquier fondo de armario, la creación de Chanel fue todo un acto de rebeldía en su momento.
La francesa creó un diseño apto para todas las mujeres, bañado en color negro y que cortaba por debajo de la rodilla, un modelo clásico y atemporal que ha conducido al éxito a iconos como Audrey Hepburn, Penélope Cruz o Sarah Jessica Parker.
Inventó la joyería para una mujer libre
Las joyas eran un icono de clase de social, un símbolo de riqueza y un regalo comodín para los hombres adinerados. Las mujeres dependían a principios del siglo XX de ellos para poder lucir sus piezas de joyería, ya que el valor de estas era tan elevado que no podían permitírselo, pero Chanel derribó esta idea.
La francesa inventó la joyería más económica (no por ello menos atractiva) con piezas sencillas, sofisticadas y fáciles de lucir. Las perlas, la icónica camelia y el logo de Chanel se convirtieron en el sello de identidad de su maison. Con los problemas ocasionados a raíz de la depresión económica de los años 20, Chanel fue un paso más allá y diseño piezas polifacéticas que podían desmontarse y convertirse en otros elementos.
Creó el perfume más conocido de la historia: Chanel nº5
La francesa no solo hizo historia en el universo de la moda, el mundo de la belleza también la recuerda de una forma especial. La primera fragancia firmada por Chanel nació en 1921 y sigue siendo uno de los perfumes más vendidos a día de hoy. El precioso envase, una botella de cristal de líneas sencillas, rectangular y clásica, fue diseñado por la propia Coco. Esta esencia floral se base en la rosa de mayo y el jazmín. Además, los aldehídos le ofrecen un aroma único y el suave toque de vainilla es pura sensualidad.
