Un 24 de agosto del año 79 de nuestra era, la erupción del Vesubio arrasó las ciudades de Pompeya y Herculano. Un terremoto ya había arrasado la zona 17 años antes, pero aún así 20.000 personas habitaban estas ciudades con notable actividad económica por la proximidad al Golfo de Nápoles.
La lava se desplazó rápidamente a punto tal que por las poses de las 1500 personas halladas en las excavaciones, estas fueron sorprendidas por la erupción que enterró a Pompeya bajo una capa de casi 3 m. de espesor.
Curiosamente, en la misma fecha, pero de 1883, comenzaron las erupciones del volcán de Krakatoa.
Casi 400 años más tarde, Roma fue nuevamente afectada. Esta vez no fue la naturaleza sino la invasión de los visigodos conducidos por Alarico I, quien saqueó la capital de un Imperio que colapsaba después de años de corrupción.
Entre los prisioneros se encontraba la hermana del emperadora Honorio.
En 1511, Alfonso de Albuquerque conquistó Malaca y 51 años más tarde Santa Teresa de Jesús fundó el convento de San José. Diez años más tarde, los católicos de París mataron a los protestantes en la noche de San Bartolomé.
En 1899 nació en Buenos Aires el escrito y poeta más importantes de las letras argentinas, Jorge Luis Borges, y ese mismo día de 1933 nació Alberto Olmedo, el cómico más recordado del país.