La fuga disociativa de Agatha Christie

Sesenta y seis obras llevan su nombre de casada que vendieron 2.000 millones de ejemplares. Curiosamente pasó a la fama con el apellido de su marido, aunque Agatha se divorció de Archibald Christie en 1928. Justamente a causa de esta separación fue que la escritora sufrió un confuso episodio amnésico que hoy se lo conoce como “fuga disociativa”.

Aunque apareció en todos los periódicos de la época y la policia inglesa la buscó por cielo y tierra (fue la primera desaparición que requirió el uso de aviones), ella nunca volvió a hablar del tema a punto tal que sus primeras biografías no tocan esta misteriosa desaparición en la que Agatha Christie dijo llamarse Teresa Neele… y Neele era el apellido de la amante de su marido.

Veamos cómo es esta historia.

Agatha Miller se había casado con el señor Christie durante la Primera Guerra Mundial. Mientras su marido servía en la fuerza aérea británica, Agatha trabajó de enfermera (oficio que le dio suficientes conocimientos como para “asesinar” a algunos de sus personajes de ficción).

Agatha y Archibald Christie

Terminada la contienda, publicó su primera novela y al poco tiempo era una celebridad y empezó a ganar fortunas que la Sra. Christie administraba cuidadosamente ya que había vivido en carne propia las estrecheces económicas familiares por la muerte precoz de su padre.

El año 1926 no fue un buen año para Agatha, su madre murió y el éxito literario la estresaba a punto de comenzar a tener problemas conjugales.

La escritora, en su juventud

El Sr. Christie encontró consuelo en los brazos de su secretaria y el 3 de diciembre le pidió el divorcio a su célebre esposa. Parece que tantas calamidades juntas desembocaron en una inesperada reacción de Agatha.

Mientras su marido se iba a pasar el fin de semana con su amante Nancy Neele, Agatha dejó una nota anunciando que esa noche no volvería a cenar… y desde entonces nada se supo de ella.

Al día siguiente la policía encontró su coche abandonado, con el abrigo de la escritora. Diciembre en Inglaterra no es un mes para andar despechugado. Se encendieron las alarmas y 48 horas más tarde toda la Scotland Yard y 15000 voluntarios buscaron a la autora de tantos excitantes misterios.

A pesar de tanta publicidad, por once días nada se supo de la autora. Hasta fueron a sondear un lago donde se había “ahogado” uno de sus personajes. Nada.

La noticia de la desaparición de Aghata Christie ocupó la portada de los periódicos británicos

Recién el 14 de diciembre dos músicos que actuaban en un hotel del balneario de Harrogate creyeron identificar a Agatha Christie, aunque la dama en cuestión decía ser sudafricana, mostrarse muy amable con todo el mundo y llamarse Teresa Neele… curiosamente el mismo apellido que su contrincante amorosa.

El Sr. Christie fue el hotel a buscarla y la encontró muy emperifollada leyendo un periódico que lucía en la tapa la foto de la autora desaparecida. Los testigos dicen que cuando Archibald Christie se acercó, ella no lo reconoció, le extendió la mano y dijo “Hola, soy Teresa Neele…”

El periplo desconcertante de la famosa escritora pudo reconstruirse casi metro a metro. Dejó el anillo de casada en su casa, manejó toda la noche, fue a una estación de tren caminando después de dejar su automóvil y se alojó en el hotel de Harrogate donde comenzó a usar el apellido Neele, una alegre sudafricana que tocaba el piano, cantaba y bailaba… todo lo que Agatha no hacía.

Los psiquiatras que la revisaron dijeron que era una amnesia post confusional, como esas que vemos en las películas. En realidad, el diagnostico de fuga disociativa o psicogénica no se incorporó al abanico diagnóstico del DSM hasta 50 años más tarde. Resulta que las distintas escuelas de psiquiatría –la alemana, la francesa, la española y la inglesa– denominaban de diferente forma la misma patología, razón por la cual los psiquiatras elaboraron este manual (el DSM V ya va por su quinta versión), para tener todo el mundo la misma clasificación sobre las patologías.

Esta fuga disociativa no es solo una defensa contra los recuerdos traumáticos y los deseos inconscientes inaceptables sino también contra la propia respuesta al trauma. En los casos donde la persona asume otra identidad, generalmente tiene una conducta más desinhibida como la que adoptó esta Teresa Neele, y las personas que la rodean y desconocen su condición, la juzgan como completamente normal.

Si bien no hay estudios controlados sobre los tratamientos, sabemos que Agatha fue sometida a hipnosis con éxito ya que volvió a su actividad literaria y nos regaló un sinnúmero de asesinatos y misterios que no pueden compararse con esta extraña fuga disociativa que tuvo en vilo al mundo por 11 días.

Ah, sí, la pareja se divorció, Archie Christie fue un exitoso hombre de negocios que vivió por el resto de sus días con la hermosa Nancy Neele.

Agatha se casó en 1930 con Sir Max Edgar Lucien Mallowan, un célebre arqueólogo. En 1946 Agatha escribió un relato (“Ven y dime cómo vives”) firmado como Christie Mallowan –es decir con el apellido de sus dos maridos– evocando los días en los que vivió con el segundo de ellos, en Siria.

Una de las últimas fotos de Christie con su esposo Max Mallowan
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