La bella, el músico y el wifi

El 31 de julio de 1941 nacía Vic Hayes, el desarrollador del Wireless Fidelity (WiFi), esa fuerza invisible que guía nuestras comunicaciones inalámbricas. Pero la historia no empieza con él, sino con un desnudo. Y no cualquier desnudo: el primero de una mujer en la historia del cine.

Para cuando Hayes llegó a este mundo, Hedwig Eva Maria Kiesler (1914​-2000), más conocida como Hedy Lamarr, tenía 27 años, dos matrimonios y hacía 8 años que había filmado Éxtasis, la primera película en la que una mujer aparece completamente desnuda.

La extraordinaria belleza de Lamarr obsesionó a Fritz Mandl (1900-1977), un rico traficante de armas que arregló su casamiento con los padres de la actriz, contra su voluntad. Durante cuatro años, Hedy vivió enclaustrada en el palacio de Mandl, un hombre extremadamente celoso que intentó comprar todas las copias de la película donde su esposa aparecía desnuda. Fue imposible: aún se puede ver esa película, en la que Hedy también finge un orgasmo.

A pesar de este tiempo que llamó de “esclavitud”, Hedy no perdió el tiempo. Profundizó sus estudios de ingeniería y se interiorizó en el diseño de las armas que su marido vendía a Hitler y Mussolini. Años más tarde, durante la guerra, Hedy informó a las autoridades estadounidenses todo lo que sabía sobre la tecnología armamentista de los nazis.

Una noche de 1937, se escapó de su marido (cómo lo hizo se presta a distintas versiones), y fue a Londres, donde convivió con un tal Markey. Luego se trasladó a EEUU, donde comenzó su carrera como actriz en Hollywood.

Para cuando Hayes balbuceaba sus primeras palabras en Surabaya, una colonia holandesa, Hedy y el compositor norteamericano George Antheil (1900-1957) patentaban un “sistema de comunicación secreto”.

¿Cómo fue que una actriz y un músico desarrollan esta tecnología?

Hedy había profundizado sus conocimientos sobre el espectro ensanchado para comunicaciones. La idea era usarlo para guiar torpedos hacia sus objetivos. Pero había un problema: si el enemigo descubría la frecuencia, podía usar el arma contra quien la había disparado. ¿Cómo evitar este desastre? Acá interviene Antheil, quien propuso modular las frecuencias usando un tambor perforado como el de las pianolas, y así cambiar 88 veces de frecuencia, impidiendo la interferencia del enemigo.

¿Cómo termina esta historia? El gobierno estadounidense no usó la patente hasta los 60, durante la Crisis de los Misiles en Cuba. Por eso, Hedy y George no cobraron ni un dólar por su desarrollo.

Mientras tanto, Hayes estudió ingeniería en Holanda, retomó la idea y presidió el Instituto de Ingenieros Eléctricos (IEEE), que en 1999 recibió el reconocimiento por el desarrollo del WiFi basado el ancho de banda. Para entonces, Hedy iba por su sexto matrimonio y sumaba unas 30 películas en su haber (entre ellas Sansón y Dalila), aunque había rehusado protagonizar Casablanca y Lo que el viento se llevó. Tuvo tres hijos y algunos problemas con la policía por robos menores. También trabajó con Howard Hughes, mejorando el diseño aerodinámico de sus aviones.

La obra más conocida de Antheil es la Sinfonía 1942. Fue corresponsal de guerra y murió en 1959, dejando notables composiciones musicales que hoy pocos escuchan.

Por último, Fritz Mandl vivió en Argentina durante la Segunda Guerra. Aquí desarrolló sus negocios y construyó un castillo en La Cumbre, Córdoba, donde hoy funciona un hotel.

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Nota publicada en CLARIN

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