El uno, idolatrado por nuestra especie, representa la aspiración humana: el único, el mejor, el primero, el destacado, el superior, el máximo, el eje, la punta de la pirámide. Representa también, digámoslo, la escoria descartable a la que nadie quiere parecerse: el peor, el último, el inferior. Próceres, records, superhéroes, hitos, lacras, desastres, suelen tener a la singularidad como aliada.
El dos nos presenta el equilibrio, la dualidad, los extremos encontrados: el ying y el yang, el bien y el mal, dios y el diablo, mucho y poco, grande y pequeño, cara y ceca, alto y bajo, las dos caras de casi todo con lo que nos toca lidiar a diario.
Se ha escrito hasta el hartazgo sobre la injerencia tanto real como simbólica o metafórica de esos números, así que para qué abundar en ellos… mejor hagamos un vuelo breve sobre los que vienen detrás: el tres y el cuatro, que también tienen su representación en muchos aspectos de este pandemonium de datos, emociones y dolores que es la vida, tanto en cuestiones trascendentes como en pavadas entretenidas.
Veamos algunos ejemplos…
Tres son los miembros de la Santísima Trinidad, dogma insustituible de la religión cristiana: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cuatro son las Nobles Verdades del budismo. La primera: la vida implica sufrimiento. La segunda: el sufrimiento se debe a que el ser humano tiene deseos permanentes y aunque logre alcanzarlos la satisfacción es sólo pasajera. La tercera: el cese del sufrimiento es el Nirvana. La cuarta, el camino para lograrlo es el Óctuple Noble Sendero (observación perfecta, intención perfecta, habla perfecta, acción perfecta, subsistencia perfecta, esfuerzo perfecto, atención perfecta y concentración perfecta).
Tres son las virtudes teologales del cristianismo: fe, esperanza y caridad.
Cuatro son los atributos que se le asignan a Dios: omnisciencia (todo lo sabe), omnipotencia (todo lo puede), omnipresencia (está en todos lados), omnibenevolencia (es la suma de todo lo bueno).
Tres veces negó Pedro a Jesús según el Evangelio (Mateo 26, 69-75; Lucas 22, 54-62; Marcos 14, 66-72; Juan 18, 15-18 y 25-27).
Cuatro son los Evangelios incluidos en el Nuevo Testamento: el de San Mateo, el de San Marcos, el de San Lucas (estos tres, llamados “evangelios sinópticos”) y el de San Juan.
La leyenda bíblica dice que son tres los reyes magos: Melchor (supuestamente rey de los persas), Gaspar (rey de los hindúes) y Baltasar (rey de los árabes).
Cuatro son los arcángeles bíblicos: Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel.
Tres son los Devas (principales dioses) del hinduismo: Brahma, Vishnu y Shiva.
Cuatro son las bestias divinas de la mitología china y japonesa: la tortuga –de cuya parte trasera surge una serpiente– (el agua, el norte), el dragón (el fuego, el este), el ave fénix (el aire, el sur), el tigre blanco (la tierra, el oeste).
Tres son las bestias sagradas de la mitología judía: Leviatán en el mar, Ziz en el cielo y Behemot en la tierra.
Cuatro son los jinetes del Apocalipsis. El que va adelante, en el caballo blanco, está en discusión aún hoy: parece representar a un conquistador y se discute si es Jesucristo, el Anticristo o una especie de ángel de la guerra, que antecede los males que vendrán. Lo siguen el caballo rojo (alazán), la guerra; el caballo negro, el hambre; el caballo claro (bayo), la muerte.
Tres son los tiempos de la vida tal como la conocemos: pasado, presente y futuro.
Cuatro son las dimensiones del universo conocidas hasta hoy: la altura, el ancho, la profundidad y el tiempo.
Los tres reinos de nuestro planeta: mineral, vegetal y animal.
Las cuatro estaciones: otoño, invierno, primavera, verano.
Tres estrellas forman Las Tres Marías, el grupo de estrellas más fácil de ver en el cielo.
Cuatro estrellas forman la Cruz del Sur, el otro grupo de estrellas que se ve fácilmente.
Tres son los colores primarios: rojo, amarillo y azul.
Cuatro son los puntos cardinales: norte, sur, este, oeste.
Los tres estados de la materia: sólido, líquido o gaseoso.
Los cuatro elementos principales de la naturaleza: agua, aire, tierra, fuego.
Las tres leyes de Newton: la ley de la inercia, la ley fundamental de la dinámica (sobre la relación entre fuerza y aceleración) y la ley de acción y reacción.
Las cuatro fuerzas principales de la naturaleza: la gravedad, la nuclear fuerte (mantiene unidos los componentes del núcleo de un átomo), la electromagnética y la nuclear débil (causada por la absorción o emisión de bosones).
Tres son las leyes de Mendel: el principio de uniformidad, el principio de segregación y el principio de transmisión independiente.
Cuatro son las leyes de la termodinámica. La primera, la “ley de conservación de la energía” (nada se pierde, todo se transforma); la segunda, la “ley de la entropía” (el grado de “desorden” de un sistema tiende a aumentar hasta alcanzar el equilibrio); la tercera ley (cuando la entropía de un sistema físico llega a cero, el sistema se detiene); la cuarta, llamada “ley cero”, es la ley del equilibrio térmico (si A y B están en equilibrio y B y C también lo están, entonces A y C también).
Los tres filtros de Sócrates: el filtro de la verdad (“¿es verdad lo que vas a decir?”, el filtro de la bondad (“¿es algo bueno lo que vas a decir?” y el filtro de la utilidad (“¿será útil lo que vas a decir?”).
Los cuatro principios ontológicos fundamentales: el de contradicción, el de identidad, el de tercero excluido y el de la razón suficiente.
Tres partes tiene el cuerpo humano: cabeza, tronco y extremidades.
Cuatro componentes tiene el ADN: adenina, timina, guanina y citosina.
Tres tipos de vasos sanguíneos llevan la sangre por el cuerpo humano: arterias, venas y capilares.
Cuatro humores tiene el cuerpo humano, según Hipócrates: la flema, la sangre, la bilis amarilla y la bilis negra.
Tres tipos de músculos hay en el cuerpo humano: estriado, liso y cardíaco.
Cuatro son las cavidades del corazón: dos aurículas y dos ventrículos.
Tres son los poderes del Estado en Argentina: ejecutivo, legislativo y judicial.
Cuatro son los estamentos de organización de gobierno en Argentina: nacional, provincial, municipal y comunal.
Tres son las fuerzas armadas en Argentina: ejército, armada y aeronáutica.
Cuatro son las fuerzas federales en Argentina: gendarmería, prefectura naval, policía federal y policía de seguridad aeroportuaria.
Tres películas forman la inigualable trilogía de “El Padrino” (Francis Ford Coppola, 1972, 1974 y 1990).
Cuatro son los principales géneros literarios: narrativo, poético, drama y didáctico. Cada uno tiene sus propios sub-géneros.
Tres son “Los tres chiflados”: Moe, Larry y Curly (o Shemp, o Joe, o Curly Joe).
Cuatro son las Tortugas Ninja: Leonardo, Michelángelo, Donatello y Raphael.
Tres son los mosqueteros de la novela de Alexandre Dumas: Athos, Porthos y Aramis… al que se agregó luego D’Artagnan, un noble venido a menos que quería ser mosquetero.
Cuatro son los Beatles (Paul, John, George y Ringo).
Tres colores hay en la ruleta: negro, rojo y verde (el cero).
Cuatro palos tiene la baraja, tanto la española (espadas, bastos, copas y oros) como la francesa (tréboles, picas, diamantes y corazones).
Tres movimientos tiene un concierto.
Cuatro movimientos tiene una sinfonía.
Tres campeonatos mundiales de fútbol ganó el seleccionado argentino: 1978, 1986 y 2022.
Cuatro años es el intervalo entre dos Juegos Olímpicos, entre dos Campeonatos Mundiales de fútbol, rugby y basquet, entre otros.
Hay muchos más ejemplos y de todo tipo; cada uno tendrá algunos más para agregar, seguramente…