La retinosis pigmentaria es la primera causa de ceguera de origen genético por degeneración de la retina. Hasta hoy se han detectado cien genes que la originan y se acompaña de otras afecciones oculares y sistémicas.
La retinosis se caracteriza por le pérdida de visión nocturna y el estrechamiento del campo visual que progresivamente (aunque no siempre) conduce a la ceguera total. Y esta afección, aunque no comprometió jamás la visión de Pablo Picasso, llevó a que uno de sus cuadros, Le Rêve (El sueño), se estropeara.
Le Rêve es el retrato de su amante Marie-Thérèse Walter, pintado en 1932. Picasso la conoció cuando ésta tenía 17 años, a la salida de la Galerie Lafayette. Entonces, el pintor aún estaba casado con la bailarina ucraniana Olga Jojlova, madre de su hijo Paulo, quien a pesar de las frecuentes infidelidades de su esposo jamás se divorció.
Cuando la retrató dormida, Marie-Thérèse tenía 24 años.
El cuadro en cuestión tiene un alto contenido erótico por una imagen fálica que conforma la parte superior de la cara de Marie-Thérèse. Como dicho miembro era la representación del órgano sexual de Picasso, algunos críticos, jocosamente, dicen que también es un autorretrato.
Este cuadro fue comprado en 1941 por el matrimonio Ganz, los dueños de una joyería de New York que habían adquirido una importante colección de arte contemporáneo. Tan notable era esta colección que los Ganz eran conocidos como “los coleccionistas que nunca se equivocaban”. A la muerte de los Ganz, la obra salió a remate en Christie’s y fue adquirida por 48.4 millones por Wolfgang Flötti, un banquero austriaco, casado con la nieta de Eisenhower, conocido por haber comprado en 1998 el célebre retrato del Dr. Gachet pintado por Van Gogh (en realidad hay dos pinturas del Dr. Gachet, aunque una se considera que es falsa y fue pintada o por el mismo doctor o por su hijo mientras el artista agonizaba). Cuando la empresa de Flötti comenzó con problemas económicos se vio obligado a vendérsela a Steve Wynn en 60 millones. Acá es donde irrumpe la retinosis pigmentaria porque este magnate, conocido por sus hoteles en Las Vegas y Atlantic City, padecía esta enfermedad. Sin embargo, su desfalleciente visión no lo privaba de coleccionar obras de arte. En el año 2004 había adquirido una de las pocas obras de Johannes Vermeer puesta a la venta. Además tenía otras pinturas que incluían obras de Turner, Rembrandt, Jeff Koons y Monet. Muchas de ellas estaban en exposición en su hotel Bellagio en Las Vegas, con otras dos pinturas de Picasso. Sin embargo, su cuadro preferido era Le Rêve, que tenía en su despacho.
El 30 de septiembre del 2006, Steve Wynn llevó a un grupo de conocidos a ver la obra que acababa de vender por 139 millones de dólares, lo que la convertía en la pintura más cara del mundo. Entusiasmado, contó la historia del cuadro, la vida de la joven que fue madre de Maya Picasso, y cuya relación terminó cuando el voluble corazón del artista se enamoró de la fotógrafa Dora Maar, quien se convirtió en la nueva musa de Pablo Picasso. En 1977 Marie-Thérèse Walter se suicidó tal como lo hicieron otras ex parejas del artista.
En medio de esta apasionada exposición, Steve Wynn gesticuló y extendió sus brazos violentamente… entonces, se escuchó un ruido terrible. Sin quererlo (ni verlo por la limitación de su campo visual) Wynn había golpeado la tela con su codo, lesionando el lienzo a la altura del brazo de la musa dormida. “M…., mira lo que he hecho”, exclamó el magnate, y después de un instante dijo “Gracias a Dios fui yo…”.
Después del impacto, Wynn decidió anular la venta y gastó casi 100.000 dólares por su reparación y como estaba asegurada, reclamó a Lloyd’s de Londres la diferencia de tasación (la cotización del cuadro, por un codazo, había bajado a 85 millones). La aseguradora no accedió al reclamo y Wynn se embarcó en un juicio que finalmente llegó a un arreglo confidencial en el 2007.
Finalmente, el cuadro fue vendido en el 2013 a Steve A. Cohen (el dueño de los New York Mets) en 155 millones, perdiendo su condición de obra de arte más cara a manos de Salvator Mundi de Leonardo, que había sido subastada en 450 millones.
El arte es frágil… y muchas obras célebres fueron robadas, destruidas o atacadas por personas con trastornos mentales como ocurrió con La Piedad de Miguel Ángel, La Ronda Nocturna de Rembrandt, La Venus del Espejo de Velázquez, pero nunca por su propio dueño debido a sus limitaciones visuales.
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